La vuelta al pasado le sienta bien a 'Fargo'

¿Por dónde empezar? Hay tantas cosas que comentar de esta magnífica serie que es fácil dejarse algo en el tintero. Ya no solo los guiones y los personajes son dignos de alabanzas, la simbología de 'Fargo' es algo a tener en cuenta, y si nos fijamos un poco está presente a lo largo de la segunda temporada, ¡y tiene mucho que ver con la anterior!

Ya comentaron que habría algún que otro punto de unión entre una temporada y otra, a pesar del salto hacia atrás en el tiempo, la familia de Molly sigue siendo la protagonista de la serie. En la primera temporada ella era una policía eficaz en Fargo, y unas décadas antes la vemos como cualquier otra niña, feliz con sus padres y su abuelo. En este caso, es Lou Solverson, el padre de Molly, quien goza de mayor protagonismo, antes de ser camarero en una cafetería, él también se dedicó a las labores de investigación en el cuerpo de policía de la zona.

Lou trabaja codo a codo con su suegro y mantienen una relación muy buena, tanto profesional como personal. Además, la mujer de Lou está pasando por un mal momento de salud, y es así como asistimos a los últimos días de vida de Betsy, madre de Molly. O eso es lo que nos dan a entender, porque una vez finalizada la serie Betsy sigue viva, pero todo apunta a que es su último aliento, está muy malita.

He de reconocer que a esta temporada le ha costado despegar algo más que a la anterior, y la razón principal ha sido su exceso de personajes. Hay que estar muy atento para ordenar el árbol genealógico de la familia Gerhardt, son muchos, y todos quieren sobresalir por encima del resto. El patriarca está enfermo y no puede seguir dirigiendo el cotarro, así que la madre se pone al mando, por mucho que le pese a su hijo mayor, machista y bruto como él solo.

En la familia hay nietos, hijos, amigos cercanos y un largo etcétera de gente que pasa por esa casa como si fuera propiedad pública, algo que me extraña por la cantidad de secretos (y cadáveres) que guardan. El primero del clan en desaparecer es el hijo pequeño, que en principio ni se imaginan donde ha ido a parar.

Aunque la de los Gerhardt sea una familia sin escrúpulos, y no se aguanten ni entre ellos, el patriarca les ha enseñado a defender el honor de los suyos, por eso buscan respuestas y venganza ante la muerte del más joven de los hermanos. El juego sucio y las tretas entre ellos están presentes durante los diez episodios que dura la temporada.

En la primera escena del último episodio, es curioso ver los cadáveres de cada uno de los miembros de la familia, todos muertos, no queda ni uno. Miento, uno sí, aunque no sea familiar de sangre, Hanzee "el indio" que siempre les acompañaba y era fiel al difunto patriarca sale indemne de la matanza que tiene lugar en el capítulo 2x09, en una de las mejores escenas de la serie. El indio quiere mutar por completo de vida, incluso de cara para no ser reconocido, por eso empieza cambiándose el nombre, ahora será Mr. Tripoli, ¿os suena? En la primera temporada hay un hombre de barba muy malo que se apellida exactamente igual, no creo que sea mera casualidad.

La revelación del año, y no solo hablo de la serie en sí, es este matrimonio aparentemente angelical. Peggy desencadena todo lo que viene después en esta temporada por un descuido. La esteticista se dirige a casa en su coche, y en el camino tropieza con un sangriento asesino, que no es otro que el pequeño de los Gerhardt. Esconder al todavía solo herido en el garaje no es una buena idea, con lo que termina matándole con la ayuda de Ed, y escondiéndole en el congelador.

Esconder un cadaver en el congelador puede que no sea del todo original, pero lo que Ed, carnicero, hace después con el cuerpo del muerto desencaja a cualquiera. Aprovecha sus herramientas de trabajo para hacer carne picada con el joven Gerhardt, mejor ni imaginar quién se puede terminar comiendo tal "manjar". En el congelador sí que termina Ed, y en gran parte por culpa de su mujer.

Peggy es sanguinaria, y cada vez va a más, es un personaje jugoso del que no te aburres, ella ha dado vida en gran parte a la segunda temporada de 'Fargo', y que continúe viva nos da esperanzas de verla en un futuro de nuevo. A medida que avanza la serie, Peggy va perdiendo la cabeza, se obsesiona con huir y salir ilesa de esta aventura peligrosa en la que está metida de lleno junto a su marido, lo extraño es que salga viva en su lucha contra los Gerhardt. Además, los guiños a la película que tiene constantemente en la cabeza se repiten, demostrando lo tarumba que está la pobre muchacha.

Y no es para menos, porque ese no el único guiño que se hace en 'Fargo', la vida extraterrestre está muy presente en la segunda temporada. Cuando Peggy atropella en el primer episodio a su víctima (aunque fuera realmente un verdugo), una luz inunda la escena, como si de un OVNI se tratara. Si a eso le sumamos las referencias y menciones que hay a lo largo de la temporada sobre estos cuerpos extraños, está claro que los guionistas han querido guiarnos hacia ese Universo acorde con Iker Jiménez.

En los dos últimos episodios las referencias son más palpables, primeros planos de pegatinas anunciando la existencia de vida en otros planetas, o el OVNI gigante que aparece en la parte final de la masacre del motel. Todo es tan raro en 'Fargo' que no desentona del todo, otra locura más de sus guionistas y creadores.

Ahora que sabemos que la serie seguirá el año que viene con una nueva historia, podemos hacer cábalas sobre lo que puede estar pasando por la cabeza de esos retorcidos escritores. Para empezar, es bastante obvio que van a rescatar al Señor Tripoli, Hanzee no ha terminado su venganza, y sus víctimas podrían ser la familia de Molly, Peggy o cualquier nuevo personaje que se haya entrometido en el camino del que en su día fuera un indio.

Lo importante es que nos vuelvan a sorprender, creando una atmósfera inigualable, con ese entorno frío y usando la ironía como solo ellos saben. El humor negro es clave en 'Fargo', y las historias enrevesadas le dan un punto atractivo a cada una de las tramas que nos narran. Lo han vuelto a hacer, la segunda temporada de 'Fargo' es mi serie favorita del año, otra vez.

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