La novena temporada de '
La que se avecina' va a suponer
un nuevo punto de inflexión para la serie de Telecinco. Pese a no perder a ninguno de sus actores principales, se han anunciado fichajes que pueden cambiar el devenir de Mirador de Montepinar. La única baja es la de Leo, pero la han solventado en los primeros minutos del estreno, con un funeral forzado y dejando a una de las grandes promesas de la temporada desconsolada, Alba Recio.
Sin embargo, los guionistas de la comedia están acostumbrados a este tipo de imprevistos, y han demostrado ser unos ases de la improvisación. Ya hemos visto cómo Teo, hermano de Amador, se convierte en el recambio del personaje de Luis Miguel Seguí, al que por cierto no se le echa de menos. La salida de Leo refuerza la serie, con la introducción de un personaje que ya conocíamos pero que tiene mucho que aportar, sobre todo ahora que Amador está en su pisito de soltero.
Maite por su parte solo piensa en recuperar a sus hijos, por eso le conviene mantener cerca a su ex. Han vuelto a dar la vuelta a la tortilla, Maite es de nuevo la pija derrochadora de las primeras temporadas, aunque ahora el hombre florero es Amador, y no ella, a la que llamaban "mantenida". Sus novelas eróticas están cosechando un éxito inesperado, y la mujer no está tardando en gastar el dinero que va ganando. Incluso tiene asistenta en casa, ni más ni menos que Chusa, un personaje que en pequeñas dosis es perfecto, probablemente lo mejor que ha hecho Paz Padilla. De lejos.
La nueva situación de Enrique
El concejal que habita en Mirador de Montepinar se ha convertido en alcalde, y esa es la razón por la que regresa al municipio. Estaba viviendo la vida de un modo más pausado, alejado del ajetreo y de la alocada comunidad de vecinos, pero una llamada con el pretexto de un ascenso le hizo regresar. Lo que Enrique no esperaba es que la propuesta para ser alcalde no era más que un parche, los hilos realmente no los va a manejar él, por lo que va a estar lejos de cumplir sus sueños realidad. Esta trama viene muy bien para poner sobre la mesa temas de actualidad política, y así meter alguna que otra puya a los políticos más desvergonzados. La corrupción vuelve a estar en el centro de las críticas de 'La que se avecina'
En casa de Enrique vive Araceli, que viene y va, como hoja arrastrada por el viento. A la ex del ahora alcalde se le suma la otra ex que vive en el ático. Judith quiere rehacer su vida antes de que sea demasiado tarde, y para ello no duda en delegar la labor de madre en Araceli, o el mismo Enrique. Judith está desesperada, lo comprobamos tras verla arrastrándose por el suelo suplicando salami a Amador, y amarrada a su bragueta. Una imagen bestial, para el recuerdo.
En cambio, Recio está algo más distanciado de Enrique, el alcalde tiene la suerte de no ser ya el presidente de la comunidad, razón por la que Antonio está más alejado, aparte del tiempo que le quita a Enrique su trabajo. Además, los Recio más bien Berta siguen empeñados en recuperar aquel amor que se desvaneció hace años, si es que alguna vez lo hubo. La vuelta de su hijo en forma de mujer no ha facilitado las cosas, pero Berta hará lo posible por aparentar una familia felizmente cristiana, como Dios manda.
Fina sigue sorprendiendo
La intromisión de Fina el año pasado fue de aplauso, y este año sigue por el mismo camino. Además, tenemos la suerte de que la más veterana de la comunidad aparece en más ocasiones que en la temporada anterior, al menos por ahora. Su cometido es hacer la vida imposible a los vecinos, envuelta siempre en ese halo de misterio y terror. Su voz angelical no presagia que pueda ser la última persona que te gustaría tener como vecina.
En los primeros episodios se ha centrado en Javi y Lola, pareja que ya tiene suficiente con la presencia constante de sus padres en sus vidas. Se han deshecho de Emilio Fermín, que vive con Vicente, como si se tratara de un matrimonio "bien avenido", con guiño a Goya incluido. Fermín sigue fantástico, puede que sea el único personaje rescatado de 'Aquí no hay quien viva' que no recuerda lo más mínimo a su anterior papel. Espero que Luis Merlo siga el mismo camino cuando aparezca en 'La que se avecina'.
Respecto al resto de vecinos, Nines apenas tiene diálogo, ya hace unos años que han dejado apartada de la primera fila a la enana gruñona, y es una pena porque podría aportar muy buenos momentos. Lo contrario que su prima, Raquel siempre ha sido banal, y tal vez se pueda sacar algo de miga ahondando en que es una fracasada, por muy buena que esté, sigue sin trabajo y sin novio.
'La que se avecina' no ha perdido fuelle tras nueve temporadas, eso es mucho para una comedia que no se está desgastando, y que sabe renovarse con personajes insólitos y otros que evolucionan favorablemente. No obstante, insisto en que la duración de cada capítulo es extremadamente larga, sobrepasa la hora y media en algunos casos, y por mucho que los episodios sean amenos, reconozco que en los últimos minutos se me empiezan a cerrar los ojos, deseando que llegue el final del capítulo.