(Contiene spoilers hasta el capítulo 12x08)
Amazon Prime Video ha emitido por primera vez en exclusiva la serie estrella de Telecinco. '
La que se avecina' ha estrenado la primera parte de la duodécima temporada en la plataforma, adelantándose así a su emisión habitual en Mediaset, que no tenemos noticias sobre su estreno en abierto. Pero esta vez no nos importa, porque
ya hemos podido disfrutar de las nuevas locuras de Montepinar.
Los ocho nuevos capítulos se me han pasado volando, y justamente su duración no ayuda a eso, pero han vuelto a conseguir que los 90 minutos se hagan amenos y divertidos. Ha sido toda una experiencia maratonear por primera vez ‘La que se avecina’, justo en la temporada que a mi parecer ha sido la más seriada de todas. Es decir, las tramas me han parecido más continuadas que en otras ocasiones, con los personajes más independientes, cada uno de ellos sosteniendo su historia durante los ocho capítulos.
Es probable que anteriormente ocurriera algo similar, pero ver los ocho capítulos prácticamente del tirón hace que la sensación de “serie” se potencie más. Sigue siendo una serie coral, con menos tramas corales de lo que me hubiese gustado, aunque todo apunta a que la segunda mitad va a tener mucho de eso. A los protagonistas no les va a quedar más remedio que unirse para evitar la expropiación del emblemático edificio. Se acaba una etapa.
Nuevas fórmulas de convivencia
Enrique y Bruno se han convertido en la pareja revelación de la temporada, su amistad se ha estrechado con la repentina mudanza del pianista a la casa del concejal. Esto ha despertado los celos de Antonio Recio y ha disparado los rumores sobre la sexualidad de la pareja en toda la comunidad. Sin embargo, las “maricas viejas” están desesperadas por encontrar pareja sentimental, pero todo les sale mal y solo se tienen el uno al otro, ¿acabarán como Fermín y Vicente?
Estos últimos también han dado un paso más en su relación, al cuidado de la pequeña Úrsula. El abandono de Javi a su familia no ha sentado nada bien a su suegro, y mucho menos a su mujer, que además ha aprovechado para emprender su carrera en Miami, sin la niña. Cuando Lola decide regresar a por su hija trastoca todos los esquemas de Fermín, que ya se había acostumbrado a esa nueva familia, con Raluca incluida.
Por su parte, Clarita se muda a Montepinar, ocupa la casa de Bruno junto a su primo y amante Josito. Una pareja que va tomando protagonismo, para desgracia de Yoli, cada vez más irascible con todo lo que le rodea. Los rebotes de la costurera cada vez son más excéntricos y divertidos, con su madre trastocando todos sus planes, y ahora Fina convertida en una habitual de la familia Morcillo.
Las narcomarujas y los putones
Siguiendo con las Morcillo, una de las tramas más divertida nos la han regalado ellas. La salida de Menchu de la cárcel ha estado repleta de momentazos, con tiroteos y persecuciones incluidas, sin olvidar los cadáveres que han dejado por el camino. Yolanda, Menchu y Fina han formado un equipo formidable y todo ha ido encajando bien, como la adhesión de Recio a su plan.
Por su parte, los Cuquis continúan con su guerra abierta. Maite sigue cavando para caer más bajo, por muy digna que quiera aparentar con el éxito de su negocio de masajes holísticos. El papel de Adrián ha sido determinante esta primera mitad, aprovechándose del dinero de Maite, mientras ésta se enamoraba perdidamente de él. A Berta le ha ocurrido algo similar con (putilla) Rosana, el gran giro viene cuando descubren que los dos escorts son pareja, se habrán forrado con sus devaneos en Montepinar.
El lesbianismo de Berta cada vez es más evidente, se ve que está mucho más a gusto con Araceli o Rosana que con Antonio, aunque tampoco duda en tirarse a los genitales del cura, o esta misma temporada al de Amador, algo más comedido este año. Puede que el “voluntariado forzado” le haya sentado bien al cuqui, sería agotador tenerle en lo alto todas las temporadas. Esta vez ha cedido algo de protagonismo a su compañero Carlos Areces que vuelve a estar fantástico con la Klingon.
Se acerca el final
No se sabe si será el final definitivo, algo que puede ser inevitable, pero considero que 'La que se avecina' todavía tiene cuerda para rato. Los personajes sorprendentes no dejan de aparecer o en algunos casos de reinventarse. No obstante, la comunidad ha recibido una carta de desalojo, y lo que es seguro es que después de los próximos ocho capítulos ‘LQSA’ no volverá ser la de antes.
Solo nos queda seguir disfrutando de cada episodio como si fuera el último. Alba Recio vuelve a estar soltera y deprimida tras la salida del armario del cura; Lola vuelve a desaparecer con Úrsula de la mano; Yoli se queda sola en el ático, por fin; y Ongombo pierde a Carlota, que le deja por su hermano pequeño. Que continúen los enredos.