'Fuller House', conocida ya en España como '
Madres Forzosas', nos ha vuelto a
abrir las puertas de la casa de los Tanner. Netflix ha recuperado la serie veinte años después de su final. Así podremos saber cómo siguieron las vidas de los protagonistas, principalmente de las dos hijas mayores de Danny, protagonistas de la nueva serie junto a la incansable Kimmy.
Muchos recordamos la mítica serie por sus emisiones en Canal +, y los buenos recuerdos que dejó son suficientes para dar una oportunidad a la nueva temporada de la serie. DJ, Stephanie y Kimmy se harán cargo a partir de ahora de la educación y cuidado de los hijos de la primera, y en la misma casa en la que vimos crecer a las Tanner. La idea es fantástica para los más melancólicos.
No obstante, me asaltan mil dudas sobre si la nostalgia será capaz de sostener una temporada completa de 'Fuller House'. Ya no estamos en los 90, y tendrán que hacer grandes esfuerzos para adaptar el estilo familiar de 'Padres Forzosos' a esta secuela. El humor ha evolucionado en 29 años, que son los que han pasado desde que se estrenó el primer episodio de la original.
En el piloto de esta nueva aventura han recurrido a los recuerdos y frases míticas de aquella ficción. Como presentación han cumplido con las expectativas, porque era lo que muchos esperábamos de ella. Lo difícil va a ser mantener el interés del público, en primer lugar de los nostálgicos, y en segundo lugar, y más importante aún, de los nuevos seguidores que querrán captar. El piloto estaba hecho para los que hemos visto a los Tanner desde sus inicios, pero las nuevas historias pretenden llegar a todo el público, y ese es el complicado reto al que se enfrenta Netflix.
Durante los 12 episodios restantes no van a tener el soporte del tío Jesse, Becky, Joey o superpapá Tanner. Las tres protagonistas van a estar solas, con nuevas tramas, y seguro que recurrirán a varios guiños a la original. La que no ha perdido nada de la esencia de los inicios es Kimmy Gibbler, que ahora regresa con su hija Ramona. Kimmy sigue siendo la amiga caradura que no tiene pelos en la lengua, con esa ropa tan estrambótica, y esos gestos tan suyos.
Stephanie siempre fue mi preferida, ahora se dedica a la música, muy bueno que su nombre artístico sea DJ Tanner, como le llaman a su hermana, pero claro, es que Steph es Disc Jockey, no le venía mal el seudónimo. Las bromas sobre el acento de la joven no se hacen esperar, y todos recordamos cuando la pequeña Steph hablaba con esa lengua de trapo tan reconocible. La hermana mediana decide aparcar su vida profesional para ayudar a DJ con el cuidado de los niños, la mayor de las Tanner se ha quedado viuda y además su padre se muda a Los Ángeles. De momento no han hecho especial hincapié en la carga dramática de la protagonista, no creo que se haga esperar.
También hay alusión a las hermanas Olsen, que interpretaron a Michelle, a la que se echa de menos en 'Madres Forzosas'. No era uno de los personajes más potentes, apenas sabía hablar en las primeras temporadas, pero fue uno de los iconos de 'Padres Forzosos', gracias a las peripecias posteriores de las gemelas que dieron vida a ese bebé. De momento no hay ni rastro de ellas, solo en algún que otro flashback que usaron para comparar la situación actual y la de hace dos décadas.
Como no podía ser de otra manera, hasta la cabecera es nostálgica. La misma canción, ahora cantada por Carly Rae Jepsen, y también cuenta con imágenes del pasado. Puede que Netflix no ceda más allá de los 13 episodios iniciales, pero son suficientes para revivir recuerdos de una serie que significó mucho en aquella época. Ahora no están de moda las comedias familiares repletas de moralina, abrazos y sueños americanos. En una época en la que los antihéroes y las familias desestructuradas son las que copan la televisión, ¿hay sitio para 'Madres Forzosas'?