Netflix ha estrenado una nueva serie de terror para este verano, aunque no es el miedo lo más destacado en su piloto, sino la añoranza a la recreación que hacen de los años 80. No solo la ambientación de la serie, también la cabecera o los títulos de crédito son ochenteros total. Además, los protagonistas son unos niños muy freaks que incluso hablan de 'El Señor de la Anillos' y se divierten con juegos de rol, unos adelantados a su época.
Y ese adelanto supone que en el colegio no sean muy populares, los abusones están siempre cerca para fastidiar el mundo idílico en el que viven estos chavales. Por si esto fuera poco, uno de los chicos desaparece repentinamente, ni su familia ni los espectadores sabemos qué ha pasado realmente con el más inocente de los cuatro amigos.
A juzgar por la primera escena, en la que un hombre también desaparece en el ascensor de un gran laboratorio, alguna "cosa extraña" se ha apoderado del joven. Pero '
Stranger Things' no sólo trata sobre desapariciones, también regresa una misteriosa niña de la que se adivina que podría tener poderes. La chica aparece en la cocina de un pequeño restaurante, hambrienta y con temor a ser descubierta, todo apunta a que la niña de pelo rapado dará mucho de qué hablar durante los
ocho episodios que compondrán la primera temporada.
El piloto pasa rápido, ocurren bastantes cosas a lo largo de los primeros tres cuartos de hora de la serie, y la forma en la que te envuelve la ambientación también influye en el enganche del espectador. En el elenco destaca otra aparición, la de Winona Ryder, que hacía tiempo que no protagonizaba algo. A diferencia de muchas de las críticas, no creo que Ryder chirríe en el primer capítulo, se mete con solvencia en la piel de una madre que busca desesperadamente a su hijo, y se puede intuir que no es una madre común.
No nos vamos a engañar, lo mejor de la serie es la ambientación, sirve de maquina del tiempo para trasladarnos de manera brillante tres décadas atrás. El guión no trae nada realmente nuevo, me recuerda a 'Fringe', pero con una historia más continuada, y no en modo episódico como ocurría en la serie de Anna Torv. Otro también han señalado que la ficción de los hermanos Duffer se asemeja en el estilo a la taquillera "E.T.", pero hasta el momento no hemos visto ningún extraterrestre adorable, todo se andará.
La conspiración está latente en todo momento, hay una división que hace experimentos con niños, y de ahí que la chavala que aparece en el mítico restaurante esté asustada. La desaparición del niño seguro que está relacionada con este grupo de personas que también hace "cosas extrañas". Me quedo con la inspección alternatica de los otros chavales, que actúan como si se tratara de un juego, y no de la dramática desaparición de su amigo. Al menos los niños actúan de maravilla y no dan ganas de quitarles el sonido, eso es mucho, porque parecía imposible encontrar un buen reparto infantil, y 'Stranger Things' ha demostrado que es posible.