La maraña de enredos continúa en 'Gran Reserva'

Los Cortázar y los Reverte siguen con su particular guerra, pero este año las familias se han centrado más en el enemigo que tienen dentro d su propio bando que en la competencia. Don Vicente está empeñado en sacar a Rosalía de su terreno, que además ha traído a su hijo Carlos (Unax Ugalde) con ella. Por su parte, los Reverte también tienen visita, el hermano del fallecido patriarca ha vuelto a casa para poner un poco más difíciles las cosas a Sofía y sus hijos, Adolfo Reverte oculta algo, como no podía ser menos en 'Gran Reserva'.

La serie de La 1 es de las pocas que consigue crear personajes oscuros casi en su totalidad, la traición y la venganza siempre está lista para servirse en 'Gran Reserva'. Los Cortázar tienen peor fama, les avalan dos temporadas en las que no han hecho otras cosa que intentar sacar el negocio adelante aunque para ello tuvieran que llevarse algún cadáver por delante. Los Reverte, en cambio, son más modestos y humildes, pero su evolución ha sido notable y pese a que Daniel fuera el primero en enseñar la patita, Sofía y Lucía tampoco se quedan atrás a la hora de luchar por lo suyo.

El problema de 'Gran Reserva' es que durante casi tres años no han prescindido de un solo personaje inicial, es increíble pero Gustavo sigue vinculado a la empresa (ahora más que nunca) y las retorcidas Paula y Sara siguen tanteando el terreno. No obstante, los tres componen un pilar básico, sin ellos la estabilidad de los Cortázar no tambalearía constantemente.

Esto nos demuestra que los hijos de Vicente y Rosalía no han sabido elegir su cónyuge, movidos por el dinero y la avaricia. En esta temporada parece que vamos a ver como despierta la más inocente de la familia, Emma, la dulce Cortázar ya ha enseñado sus armas contra Gus, su marido, pero ella no deja de temer a este odioso ser que es capaz de cualquier cosa por arañar unas acciones de la empresa de su suegro.

Alargar de esta manera la estancia de los "malos" en la serie juega en contra del transcurso de las tramas, muchas de ellas siguen colgadas desde los primeros capítulos, como la muerte de Jesús Reverte o el "accidente" de Miguel; también otras algo más recientes que no parece que vayan a cerrarse a corto plazo, los cadáveres enterrados por Gus y/o Emma de Paloma y Manu, las tretas de Sara para asentarse en casa de su marido, o el paradero desconocido de Raúl, entre otras tantas historias que nos tienen en vilo.

Los protagonistas de 'Gran Reserva' no resuelven sus problemas ni desvelan sus mentiras, un engaño conlleva a otro, y así sucesivamente, creando una maraña de historias entre la que el espectador se ha perdido y pierde la esperanza de que se vayan a solucionar. A mi también me queda la duda sí los guionistas recuerdan cada una de las tramas inacabadas, a pesar de hacer un trabajo exquisito, hilando una de las mejores series de intriga que se han hecho nunca a nivel nacional.

Se agradece que entre savia nueva, como el personaje de Unax Ugalde o el proip Adolfo Cortázar, interpretado por el veterano Manuel Galiana. También hay otros rostros que están temporalmente para crear subtramas, como la de la hermana de la fallecida Lorena o la nueva ayudante de Pablo en el laboratorio, Mar. Falta por llegar Úrsula Corberó. No obstante, insisto en que antes de abrir historias inéditas deberían cerrar otras, aunque entiendo que eso suponga la inevitable salida de grandes personajes que han dado enormes momentos (me refiero sobre todo al clan de los mencionados 'cuñados', que ya va siendo hora de que les pillen en algún renuncio).

De todas formas, un servidor seguirá disfrutando con las artimañas de los malos más malos de 'Gran Reserva', y también con la evolución del resto. Es probable que la tercera etapa del drama sea la última; una tira diaria sobre el origen de las dos familias en el horizonte y unos especiales ('El Pago de los Cortázar') encargados para cuando finalice la presente temporada , todo apunta a que nos queda poco para gozar de la compañía de estos dos clanes, al menos tal y como los conocemos.

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