(Contiene spoilers hasta el capítulo 7x02)
Si hay una serie disparatada esa es '
Shameless'. Showtime emite actualmente la séptima temporada de esta adaptación, aunque se hace raro mencionar que la ficción es una versión de otra serie británica, cuando a estas alturas está a años luz la una de la otra. La familia residente en Chicago
sigue sorprendiendo con nuevas tramas surrealistas y sobrecogedoras, predominando cada vez más la comedia sobre el drama.
Esta temporada ha empezado mal para Frank, el padre de familia fue tirado por un puente al agua por sus propios hijos, literal. Frank busca la venganza de forma inusual, lo primero que ha hecho es meterse en la casa familiar, donde ninguno le quiere, como si fuera un ocupa, y lo segundo es desheredar a sus vástagos, excepto a Liam. Este despojo siempre tiene que tener a uno de los hijos a su favor, como escudo y reclamo para el resto.
A Fiona ya le resbala todo lo que haga o diga su padre, le fastidió su boda, aunque pensándolo bien le hizo un favor, poniendo en alerta a su hija, aunque el objetivo de Frank no fuera ese. La joven acaba de descubrir Tinder, y esto puede ser épico. Toda la carga del restaurante pesa sobre ella, y en un intento por conseguir que no lo cierren, está dispuesta a cambiar la plantilla y muchas otras cosas para que el negocio salga a flote. Mientras tanto busca relaciones sexuales sin ataduras, y sin riesgo de que se vuelvan a convertir en un compromiso tóxico y destructivo. Dudo que lo consiga.
Lip e Ian vuelven a tener muy buena relación este año, son confidentes y me gusta el camino que ha cogido durante toda la serie esta pareja, aunque por separado no piense lo mismo. Lip sigue protagonizando las tramas más aburridas para mi gusto, ahora se cuela en una nueva empresa que debe ocultar algo gordo, porque el FBI ha incautado todos los ordenadores. Ian, por su parte, ha probado a acostarse con una mujer, y todo porque su pareja le ha puesto los cuernos con una ex. Según el novio de Ian, no son cuernos si se trata de una persona del sexo opuesto, algo que al pelirrojo no le convence del todo, a mí tampoco ¡Que vuelva Mickey!
La más divertida sigue siendo Debbie, ahora involucrada en el robo de carricoches, ella solita se ha metido en este turbio negocio. Una vez robados los vende por Internet, y sabemos que todo esto va a estallar más pronto que tarde. Además, ha cambiado de nombre a la pequeña Frannie, para que no tenga nada en común con Frank llamará a la niña a partir de ahora Harry, su segundo nombre.
Y Carl sigue en la misma línea, algo más romántico que la temporada pasada, pero con su merecida dosis de protagonismo que ha ido adquiriendo los últimos años. El ya no tan pequeño Gallagher ha puesto sobre la mesa el debate entorno a la circuncisión. En vista de que todos sus hermanos no tienen pellejo, Carl ha decidido abrir su "hucha" para pagarse esta operación, todo para contentar a la chica con la que sale. Me parece fenomenal ver a Carl en una faceta más suave de lo habitual, pero también se echa de menos al Carl chungo que está frenando el amor por esta chavala.
Y no podían faltar en este repaso al inicio de la temporada el trío de moda, Kevin, Veronica y Svetlana. Forman una familia particular, pero eficiente, y ahora a ellos se suma un nuevo negocio que viene a ser algo parecido a las pornohachas. El bar, la casa, los hijos, y ahora una nueva aventura que compartirán los tres personajes más descolgados de 'Shameless'. No estaría mal que compartieran con los Gallagher alguna trama, y no solo limitarse a servirles birras en el bar o a escuchar los lamentos de Fiona, en el caso de V.
'Shameless' ha regresado este año antes de lo habitual, pero no importa, ya empezábamos a notar la ausencia de la familia televisiva disfuncional por excelencia. Aunque no lo parezca, los Gallagher siempre dejan margen para seguir sorprendiendo al espectador, y de eso somos testigos todos sus seguidores.