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Gran Hermano 12+1' empezó hace mes y medio, casi 45 días son los que llevan los concursantes en la casa (los que entraron en la primera gala, se entiende). A juzgar por las palabras de Mercedes Milá y del equipo del programa en la presentación del mismo, este año la edición no se debería alargar más allá de los tres meses, y por lo tanto estaríamos en el ecuador del concurso. Pero si algo hemos aprendido los espectadores del reality-show es que
nunca debemos dar nada por hecho, ni siquiera las promesas o palabras de los organizadores del programa. Los datos de audiencia no están siendo para nada desalentadores, aunque la competencia se lo está dejando fácil y semana tras semana es líder indiscutible de la noche del jueves.
Dejando a un lado los audímetros, en el actual '
Gran Hermano'
los perfiles de los concursantes son más corrientes y allegados que en anteriores ediciones, incluso entre los concursantes reserva siguen entrando personas con las que hay posibilidad de identificarse, sin caer en la caricatura. Aunque entre ellos sigue habiendo algún que otro personaje que intenta destacar forzando su carácter o inventándose papeles que no le corresponden.
Entre las excepciones que mencionaba podríamos nombrar a Aris o Cristian, el primero entró como un héroe, con muy buen rollo, pero en los primeros días ya se posicionó como el salvador de las mascotas, pasando por encima de cualquier compañero (humano), y quedando fatal con la audiencia por su prepotencia y altivez. En el lado opuesto tenemos a Cristian, concursante del que se rumorea que en el casting forzó muchas de sus actitudes e ideas para destacar, aunque no lo hizo de la manera correcta, ya que muchos se le echaron encima incluso antes de pisar la casa de Guadalix. Ahora muchos de los que le criticaban le quieren dentro de la casa, porque su humor al estilo Torrente y sus flatulencias hacen gracia, humor inteligente.
Las expulsiones continúan en manos de una
audiencia votante más centrada en juzgar a los nominados que en valorar el entretenimiento y el juego. Por eso tenemos fuera a jugadores como Verónica, Ochoa o, incluso, Aris. Dan juego, pero por una cosa u otra no convencen, y sobre todo las expulsiones siguen recayendo en las mujeres, algo mítico en '
Gran Hermano'. Personalmente no estoy de acuerdo con las decisiones que está tomando últimamente la audiencia, prefiero ver en la casa a gente que vive, critica, discute, se enamora y se moja, antes que dejar que pasen el rato algunos muebles como Michael o Hugo, por ejemplo.
La conducción de las galas siguen estando marcadas por una gran Mercedes Milá, que este año parece más divertida y menos volcada parcial que otros años. Que no se me malinterprete, la presentadora sigue defendiendo el formato con uñas y dientes, pero al menos de momento no está dejándose llevar por favoritismos y focalizando el odio o las alabanzas en concursantes concretos.
Respecto al formato, es un placer tener ración doble de '
Gran Hermano 12+1' semanalmente, el denominado 'Última Hora' sirvió en un principio para mostrarnos a nuevos concursantes, abandonos precipitados o interesantes y dinámicas nominaciones. El problema es que los jueves
cuatro horas de gala se hacen tediosas, y si quitamos las nominaciones el programa pierde todavía más agilidad. Es una de las pocas críticas o reproches que tengo hacia el reality-show pionero en España.
Llenan minutos con vídeos sacados de los resúmenes o con imágenes que repiten incansablemente.
Las historias que están sucediendo en '
Gran Hermano 12+1' son más creíbles y cercanas que en las últimas ediciones, gracias al casting.
No nos hace falta una Aída Nizar o un Kiko Hernández para tener vida en la casa de Guadalix, nos conformamos con sus roces del día a día, sus historias de amor o atracción (llámalo sexo), o sus vínculos. El grupo de concursantes de este año está más unido que nunca, quizás ni siquiera en el primer año fueron tan cordiales los unos con los otros.
Ahora mismo en la casa son 12+1 habitantes, puede ser que ya no entre ningún otro participante; las dos últimas adquisiciones, ambas de Castilla y León, tienen un reto de esos que tanto nos apasiona a los seguidores del programa, por lo que estaremos atentos a la prueba semanal, a la relación entre Hugo y María, al doble juego de Noemí o al derrumbe de Ari, entre otros frentes que tenemos abiertos ahora mismo en el show, este show que debe continuar.