Cada vez que se estrena una serie española todos, quien más quien menos, sacamos la lupa y las garras y nos ponemos a resaltar lo negativo de la producción, eso cuando no nos dedicamos a comparar la nueva ficción con otras similares que se emiten en el mercado internacional. Esta vez voy a empezar
el análisis sobre 'Familia' de un modo más relajado y positivo.
Esta especie de dramedia que se ha convertido en la primera apuesta del año en Telecinco ha dejado un sabor agridulce. En concreto, el elenco es ideal, formado por un trío de protagonistas con el que rápidamente conecta el espectador. Alexandra Jiménez se lleva el peso de todas las tramas, tanto sus hermanas como el resto de las personas que le rodean acuden a ella, a Carlota. Juana Acosta tampoco decepciona y consigue que me crea su personaje, una mujer que quiere aparentar madurez, pero que en el fondo sigue siendo una niña que siempre ha jugado a ser mayor. Su carrera profesional ha elevado a Malena a las nubes, y cuando se tropieza con el mundo real se desmorona.
En tercer lugar está Nausicaa Bonnin, la menos popular de las tres, pero su papel, el de Natalia, ha tenido un importante hueco en el piloto. Natalia se mueve por impulsos, y por eso días antes de su boda se enrolla (y enamora, así, sinmás) de un chico que no es su prometido. Tras sus quebraderos de cabeza decide seguir adelante con la boda, ya que el joven con el que se lía resulta ser menor de edad.
La premisa es interesante y los diálogos o las relaciones entre los personajes son en ocasiones jugosas, tratándose del primer capítulo podemos intuir que en un futuro '
Familia' nos va a regalar momentos memorables, siempre y cuando la audiencia lo permita. La evolución de los Oquendo puede ser ascendente, eso sí, no vale inclinarse hacia el humor bajo y absurdo de '
Los Serrano', sino seré yo el primero en abandonar el barco.
Y ya es hora de sacar la artillería pesada. En el elenco he ignorado un par de actores que chirrían desde el primer momento, uno de ellos es el hijo de Carlota, Jacobo, que no encaja ni en la familia ni tampoco en la edad que nos quieren hacer ver que tiene, ¿quién se cree que tiene 16 años? ¿quién se cree su historia con la prostituta? Vale, admito que el momento descapotable en la boda de su tía me pareció cómico, pero sigo pensando que sin este personaje la serie rodaría con más agilidad.
Los padres de las protagonistas tampoco tienen el magnetismo suficiente, a la madre le falta garra, se comprobó a la hora de boicotear la entrevista de trabajo de Carlota, y el padre (Santiago Ramos) recuerda a la parte
cañí que quería evitar cuando me senté a ver '
Familia'. No obstante, el toque dramático del capítulo estuvo a la altura, cuando el patriarca se sincera con Carlota en la pista de baile.
Por otra parte, los fallos técnicos saltan a la vista, o mejor dicho al oído, el sonido de las series españolas suele ser pésimo, pero es que en '
Familia'
se oía con más nitidez el sonido (o ruido) ambiente que los diálogos, en un corto de instituto seguro que saben hacer frente a este problema que resulta incómodo para el espectador.
Con sus más y sus menos los Oquendo me han gustado, principalmente por las tres hermanas, el resto confío en que pueda evolucionar de manera correcta, sin quedarse en el chiste o en la lágrima fácil. La presentación de los personajes ha sido la adecuada, aunque admito que no me ha gustado nada ver la tensión sexual entre Carlota y el marido de Malena (Diego Martín), no lo esperaba.
Lo mejor de '
Familia' es cuando
recuerda a 'Cinco Hermanos', con rifirrafes entre los componentes del clan y llamadas telefónicas reveladoras, les ha faltado usar la llamada múltiple para que echáramos de menos definitivamente a Nora Walker. La serie de Telecinco tiene potencial si sigue la misma línea y pule los pequeños deslices técnicos y alguno que otro argumental.