La debacle de 'Aída'

La interminable novena temporada de 'Aída' parece que no quiere llegar a su fin, en Telecinco encadenan una temporada tras otra sin despeinarse, haciendo parones a su antojo y dejando las tramas continuadas en manos de la suerte. En verano la comedia sufrió un pequeño parón repentino (como viene siendo habitual los últimos años), pero a principios de septiembre 'Aída' volvió para seguir con esas tramas que había dejado a medias y continuar con otras nuevas.

Desde que Ana Polvorosa abandonara el serial, la emblemática ficción de Telecinco anda como pollo sin cabeza, los guiones son más reguleros, las tramas se repiten y personajes sin carisma cogen peso en el elenco. Esto último es lo que a mi parecer ha dañado más a la serie, todos hemos disfrutado con comentarios del Barajas o con la presencia de Machu-Pichu en el Bar Reinols; el problema viene cuando deciden que personajes secundarios (o de tercera) completen la primera plana.

Las salidas de dos de las protagonistas en los últimos años ha resquebrajado la salud de la comedia, y han metido la pata subiendo de categoría a varios recurrentes que estaban bien con su escaso protagonismo. En su día acertaron con el fichaje de Miren Ibarguren, aire nuevo que entró pisando fuerte y se ha ido ganando el beneplácito de la audiencia tras un momento tan crispante como lo fue la marcha de Carmen Machi.

Introducir otra nueva cara es arriesgado para una ficción de este tipo, a su predecesora, '7 Vidas', le pasó algo parecido cuando introdujo personajes a mansalva en su recta final. 'Aída' está intentando no repetir el error y dar mayor cabida a otros que siempre han estado allí, pero en menor medida. Macu (Pepa Rus) se ha ido ganando el protagonismo a pulso, pese a no estar de acuerdo con los nuevos derroteros que está tomando en su sorprendente y petarda relación con Oswaldo.

Mientras que varios personajes han saltado a la cabecera de la comedia, otros empiezan a convertirse en recurrentes, cuando antes aparecían si acaso en un capítulo de cada diez. Hablo del Mecos o Aidita, y también del nuevo fichaje, La Junca, muy a la medida de Esperanza Sur, un acierto, aunque no parece que su personalidad vaya a aportar mucho al barrio, está tan mimetizada con ese espíritu...

En la parte alta de la tabla siempre están Mariano Peña y Paco León, sobre todo el primero, Mauricio se ha convertido en un hito de la pequeña pantalla, y mientras que el Luisma se ganó a la mayoría del público desde el primer momento, Colmenero lo ha ido haciendo poco a poco, hasta convertirse en imprescindible. Además, el personaje de León está siendo eclipsado por el Barajas, más 'tonto' que el propio Luisma, y ya es decir, tampoco le ha ayudado esta temporada su aburrido romance con Ainhoa o el machacón tira y afloja con Paz.

Sin ir más lejos, las tramas que Paz ha tenido esta temporada son completamente absurdas, desde los gases (trama que sirvió para disimular ridículamente su embarazo) hasta el cuidado del huevo de Barajas, todo esto pasando por la innecesaria tetería (guiño claro hacía los pechos de la susodicha). Se ha notado ese giro de la serie hacia lo absurdo, un cambio de registro que para mi gusto no le ha sentado nada bien, a excepción de sus recurrentes flashbacks o parodias (como 'Barajas y Gato' o 'Chemano Mayor'), brillantes.

'Aída' podría tener cuerda para rato, a la audiencia le sigue gustando sus dicharacheros protagonistas, a pesar de no contar con la frescura de antaño. No obstante, si quiere fidelizar con algunos de los espectadores que ya han perdido no les queda otra que encontrar un gran fichaje y deshacerse del lastre que suponen a estas alturas algunos de sus personajes.

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