"White Christmas" es el título elegido por Charlie Brooker, guionista de '
Black Mirror', para este especial navideño que
nos deja con ganas de más historias escalofriantes y atípicas. Casi dos años después de los últimos capítulos, la serie británica vuelve pisando fuerte, dejando con la boca abierta a los espectadores, pero con una historia algo más lenta que las anteriores, ya que esta vez las reacciones se hacen esperar y no impacta como las primeras.
Jon Hamm es una pieza más en estas "blancas navidades", ya es sabido que los actores no son lo más importante de '
Black Mirror', aunque su labor sea decisiva para justificar la calidad del producto, es cierto que en una historia como esta un gran actor de la talla de Hamm puede llegar a pasar desapercibido. Con esto lo que quiero decir es que los
retorcidos relatos eclipsan al resto de factores que forman parte del proyecto.
Junto a Hamm también intervienen Rafe Spall y Oona Chaplin ('Dates'). Los tres cargan en sus espaldas con una historia personal desconcertante, aunque todo lo que ocurre en el episodio encaja de maravilla con el
Universo 'Black Mirror', un futuro que da miedo y con el que la sociedad actual guarda varios
paralelismos que son como para echarse a temblar.
'
Black Mirror' no deja de ser ficción, y puede que todo lo muestren de manera extrema, dando la sensación de estar exagerado, pero la metáfora es real, y se basan en aspectos de la sociedad actual para crear una historia futurista que pone los pelos de punta. Lo mejor es ver cada capítulo sin que te cuenten qué es lo que te vas a encontrar en él, a mi parecer es la mejor manera de ponerse al frente de esta serie
o miniserie, o lo que sea. Déjate sorprender, aunque aviso que la trama en general es
menos entretenida que en las entregas anteriores.
Las redes sociales y la influencia que éstas tienen en la vida de las personas es el tema recurrente preferido de '
Black Mirror'. En "White Christmas" siguen la misma estela, pero llevada al extremo más que nunca, juntando tres historias en una, y llenando de gadgets futuristas el capítulo. A estas alturas muchos conocemos los bloqueos del Wahtsapp o de Twitter, ¿y si pudiéramos hacer tangible esta acción? Borrar el rastro de uno mismo es sencillo en este relato, y no solo de manera virtual. También hacen referencia a
la esclavitud del futuro, relacionada del mismo modo con los chips y las tecnologías avanzadas. Hay momentos de angustia, como cuando el personaje de Chaplin está encerrado durante meses en una habitación, mientras que para su secuestrador simplemente han pasado unos segundos.
Una vez visto '
Black Mirror' a uno le dan ganas de borrar todo rastro que haya de uno mismo en Internet. La ficción británica sirve como toque de atención a la sociedad, tal vez el camino que estamos siguiendo no sea el correcto, o la educación e información acerca del uso de las redes esté siendo escaso. No obstante, como serie, '
Black Mirror' ha vuelto a demostrar que es de las más creativas, yo ya estoy
deseando que me vuelvan a desencajar con un nuevo capítulo.