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Kidding’ se ha consolidado con su segunda temporada, tan redonda que podría tratarse de la última. Jim Carrey ha dado el salto a la televisión de una forma sorprendente, se ha ido ganando al público poco a poco, con
una historia original tanto en su continente como en el contenido. Movistar+ nos ha dado la oportunidad de conocer esta serie de Showtime que nada tiene que ver con las comedias al uso.
El canal de cable americano vuelve a apostar por un nuevo giro en sus ficciones, ‘Kidding’ puede ser el comienzo de una nueva era, como ya lo fue en la época de ‘Weeds’, ‘Nurse Jackie’ o ‘The Big C’. ‘Kidding’ es rompedora, no sigue un patrón esperado por el público, sorprendiendo en cada episodio y regalando grandes escenas y diálogos que llegan sin avisar.
No soy en absoluto amante de los musicales, pero los numeritos de ‘Kidding’ transmiten más que muchos guiones cargados de palabras vacías. El equipo de Dave Holstein, creador de esta obra, expresa una cantidad innumerable de sentimientos a través de las marionetas que tanto protagonismo han adquirido esta temporada en la serie de Showtime.
Historias desgarradoras, sin perder la sonrisa
En la segunda tanda de ‘Kidding’ hemos asistido a la caída del Señor Pickles y gran parte de su universo. Con ello, Jeff Piccirillo y su familia también han ido tocando fondo. Si todo empezaba con el intento de homicidio del protagonista, las cosas se han ido volviendo cada vez más turbias para Jeff. Superado el primer bache que le ha llevado a unirse más con su víctima, y con su mujer, Jeff se ha tenido que enfrentar a los que creía de su lado: sus alter ego esparcidos a lo largo y ancho del globo terráqueo.
La empresa familiar se va a pique cuando se pone en duda la ética y la honestidad de los Piccirillo. Todo se acaba torciendo cuando Deirdre toma el mando de la empresa, con el patriarca en un estado cada vez más demencial y un Jeff que parece que se quiere desprender de los problemas relacionados con los negocios. Deirdre se convierte esta temporada en el personaje revelación, y ya apuntaba maneras en la primera etapa, pero esta vez la actriz Catherine Keener se ha lucido.
El vaivén de las marionetas, en consecuencia del divorcio de la propia Deirdre, también han tenido un protagonismo importante en ‘Kidding’. La hermana de Jeff llega a prescindir de la custodia de su hija, la adorable y terrorífica Maddy, a cambio de recuperar los muñecos que mantienen unida a la familia y a nuevas generaciones de niños.
Por otra parte, la evolución de Will también ha sido un punto importante en la segunda temporada, que llega a su punto álgido con el corte de pelo y cambio de look del hijo de Jeff. Will se desprende así de su infancia, de la que ya quedaba más bien poco, pero sobre todo se aleja de los detalles que le hacían parecerse a su difunto hermano gemelo. Esta parte de la vida de los Piccirillo también se cierra de manera formidable en el capítulo final, con la unión de Jill y Jeff en el centro de atención.
No esperaba gran cosa de la serie de Jim Carrey cuando se estrenó en 2018, tal vez porque no he sido muy fan de su trayectoria (a excepción de “El Show de Truman”). Sin embargo, las dos temporadas de ‘Kidding’ han aplastado cualquier prejuicio, tanto en lo particular con Carrey como en lo general con los musicales. Solo por eso, la ficción de Showtime ya merece todos mis respetos, y si hay continuación estaré aquí para ser testigo de lo que esté por venir en la vida de los Piccirillo y sus marionetas.