(Contiene spoilers hasta el capítulo 6x09)
La sexta temporada de ‘
How to get away with murder’ es la última de la serie, algo que llevaba esperando un par de años, los que le sobran a la ficción de Shonda Rhimes para ABC.
Lástima que se hayan empeñado en dejar mal sabor de boca con una temporada final para el olvido, con un montón de borrones y dando prioridad en varios capítulos a los casos episódicos o tramas paralelas.
El salto en el tiempo intrigante de la temporada tiene como protagonista al cadáver de Annalise, su propio funeral ha hecho saltar todas las alarmas, aunque ella misma se encarga en matizar en una de sus clases que existe la posibilidad de fingir una muerte para librarse de algunas penas. Annalise no tiene las manos limpias, sus alumnos prodigio tampoco, por lo que no sería de extrañar que esto acabase con la espantada de la profesora, haciéndose la muerta como resolución fácil.
Es una salida muy recurrente, de hecho, han podido hacer lo mismo con Wes, y casi nos la cuelan también con el secuestro, o lo que sea, de Laurel. Llevan seis años ofreciendo lo mismo, y las tres primeras etapas funcionó, pero cuando no hay ningún avance a la vista termina cansando, y si lo más impactante que tenían para ofrecernos era la “no muerte” de Wes que no se esfuercen, porque creo que no soy el único que le daba por vivo.
Lo que queda por conocer
Lo mejor de lo que resta de ‘How to get away with murder’ es que en seis capítulos deben cerrar todas las incógnitas, así que a partir de abril de 2020 sabremos qué ha pasado con Laurel, quién estuvo detrás de la muerte ficticia de Wes, si Annalise realmente ha muerto o qué ha pasado con Asher. El de este último es probablemente el enésimo cadáver falso de la serie, pero pienso que alguien tendrá que morir de verdad, sino esto ya sería un cachondeo.
Por su parte, Connor y Oliver han estado más descolgados que nunca en este inicio de temporada. Esto nos ha dado la oportunidad de conocer un Oliver más divertido, mientras que Connor se amarga porque piensa que Annalise conoce algo sobre él o su familia que ni él mismo sabe. Después de tantas penurias e intrigas, parece que el matrimonio de estos dos chicos es ya a prueba de bombas.
No pasa lo mismo con Michaela, perdida en su relación con Gabriel. La joven ha dado con la horma de su zapato, una nueva estudiante que es casi tan olvidable como el hijo de Sam, que sigue sin aportar gran cosa. La orientación sexual de Tegan también ha ocupado más tiempo de lo necesario en la primera mitad de la sexta temporada, y por suerte han rebajado el protagonismo de Nate y Bonnie, mientras que Frank sigue detrás de la pista de Laurel y el pequeño Wes.
Los últimos y definitivos capítulos de ‘How to get away with murder’ se presentan interesantes dentro de lo que cabe. En tan solo seis capítulos deben ser capaces de cerrar todas estas historias y conectarlas. No es una tarea fácil, pero otras veces han salido del fango en los dos minutos finales de la temporada, espero que esta vez se tomen su tiempo y no vayan a toda prisa, hay veces que debe prevalecer la coherencia por encima del impacto gratuito. Y de lo segundo sabe mucho el equipo de Shonda. Ojalá nos sorprendan y nos premien con un final a la altura de los comienzos, aunque solo sea por haber aguantado hasta aquí.