(Contiene spoilers hasta el capítulo 3x02)
El arranque de la tercera temporada de '
How to Get Away With Murder' no ha sido tan brutal como los años anteriores. La serie carece de espontaneidad, o tal vez simplemente
haya perdido el gancho que tuvo en los primeros episodios. La segunda temporada también empezó poniendo un nuevo misterio sobre la mesa, y teníamos el aliciente de que quedaban por cerrar flecos del caso de Lila y otros personajes relacionados con la primera muerte de la serie.
Ese caso no podía seguir alargándose, y por eso los guionistas de Shonda han optado por buscar otros asesinatos e interrogantes que mantengan al público expectante. En parte lo consiguen, pero todo es gracias a Viola Davis y Annalise Keating, y al cordón umbilical que le une con sus cinco aprendices. Todo se reduce a los personajes, unos personajes que también empiezan a notar el desgaste de una serie con fecha de caducidad.
Además, este año han preferido centrarse en casos episódicos, dejando el misterio principal como cebo en los primeros y últimos minutos del capítulo. No son tontos, y saben que así atrapan a la audiencia, con el recurso del cliffhanger bien estudiado, aunque el desarrollo de cada episodio quede cojo, a medio gas. Ya no sólo por los casos que muestran en cada capítulo, que a veces son incluso más interesantes que la trama continuada, sino por los líos amorosos que se empeñan en meter con calzador constantemente.
'How to Get Away With Murder' no debería parecerse lo más mínimo a una serie teen, por mucho que sus protagonistas sean universitarios. Shonda vuelve a fallar en lo mismo, aunque para muchos será un acierto, porque al fin y al cabo a la audiencia le encantan las historias de amor imposible, los cuernos y los enredos románticos. A algunos todavía nos gustan los crímenes por resolver, la tensión y las preguntas de las que buscamos respuestas como si fuéramos nosotros los detectives. Esa segunda parte ha ido cediendo espacio a la comedia/drama romántica.
Lo más intrigante de estos dos primeros capítulos ha sido la trama en la que se quema el piso de Annalise. La profesora es la única acusada de asesinato por el momento, y es que han vuelto a dejar un cadáver por el camino. Se desconoce la identidad del cuerpo, aunque Annalise ya le ha puesto cara, y su disgusto ha sido mayúsculo. De todo esto sacamos en claro que debe ser alguien al que la profesora tiene aprecio, ¿alguno de sus cinco chicos? ¿Bonnie o Frank? Ya podemos descartar a su último fichaje, Oliver, que aparece vivo en la escena del crimen, para borrar unas pruebas que le pasa Annalise a escondidas.
Este culebrón sin fin es el que me vuelve loco, desearía más minutos de este caso, y no todo concentrado en dos minutos por episodio. Reconozco que debemos tener paciencia, pero a veces todas las vueltas que dan en la temporada me suena a engaño, sobre todo las relacionadas con los líos de cama. Michaela ahora está con Asher, Collin y Oliver lo dejan aunque van a pasar más horas juntos que nunca, Laurel busca desesperadamente a Frank, sin perder de vista a Wes y su nueva chica, Meggy. Incluso Annalise se apunta a la fiesta de los enredos amorosos, ahora más unida que nunca al que fuera su amante, aunque los guionistas no se olvidan de Eve, a la que no han tardado en mencionar.
Por otra parte, Frank está en busca y captura, y su jefa pasa de él. Keating se ha desecho del único vínculo que tiene con el hombre, cargándose el móvil al que le llama constantemente. Frank sin barba está irreconocible, a eso le sumamos la cara desfigurada tras su última pelea, que ha acabado con otro cadáver más. La trama de Frank es otra que nos muestran con cuentagotas, y podría dar para un spin-off. A la que sigo sin soportar es a Bonnie, que no descarto que sea el cuerpo enterrado en una sábana blanca.
Otro de los interrogantes que pasan de explicar a corto plazo es el del drama familiar de Wes, ¿era Mahoney realmente su padre? ¿Quién mató a aquel hombre ante los ojos de Wes? Mientras esperamos estas respuestas, los insaciables guionistas nos seguirán torturando con otras nuevas.