Muchos eramos los que teníamos una reserva para visitar el '
Gran Hotel' que Antena 3 inauguró ayer. Las expectativas eran altas, y el objetivo muy ambicioso, como debe ser hoy día en la televisión. Esperar mucho de una serie o
introducir ganchos demasiado deliociosos en sus promos puede jugar en contra del estreno, ya que algunos esperábamos más de la ficción protagonizada por Yon González y Amaia Salamanca.
A la primera mitad de '
Gran Hotel' no se le puede pedir más, nos introduce en una época y en un entorno que captamos rápidamente y al que muy pronto nos adecuamos, con personajes interesantes que van dejando ver poco a poco sus personalidades.
La calidad de la imagen y la manera en la que están cuidados los aspectos técnicos de la serie son admirables, la factura es impecable.
Pero no es oro todo lo que reluce,
'Gran Hotel' falla en el guión, aunque no en todos los sentidos, ya que el argumento está pensado para todos los públicos y para enganchar al espectador con una historia de amor que nunca pasa de moda y que siempre tiene un público fiel, el idilio entre el chico pobre y la chica rica. Los responsables del producto son muy inteligentes y saben como atrapar al espectador, pero hay quien no se conforma con ver algo que ya han ofrecido en otras cadenas o en otras series.
Por lo visto '
Gran Hotel' se centrará más en la bonita relación de los dos protagonistas que en el misterio que envuelve a la trama. Al menos en el capítulo piloto descuidan la historia de Cristina Olmedo (a la que da vida Paula Prendes), y es en el primer episodio donde deberían poner toda la carne en el asador y vendernos la desaparición de Cristina como algo muy misterioso, y a mi no me ha dado esa sensación. En cambio,
los personajes secundarios han ocupado demasiados minutos en pantalla con tramas predecibles y clichés archirepetidos.
No obstante, no pienso rendirme con esta serie, tenía muchas esperanzas depositadas en ella y no las voy a tirar a la borda por una primera impresión. Puede ser que la evolución sea ascendente, aunque ahora mismo creo que la trama principal va destinada a público de la talla de 'La Señora' o 'La República', por ejemplo.
Respecto a las interpretaciones, la mayoría de ellas son más que correctas. No dudo que Yon González, sin ir más lejos, se haya tenido que tragar en estos últimos meses la película 'Titanic' en varias ocasiones, ya que su personaje recuerda
levemente a Jack Dawson, ese al que dio vida un jovencísimo Leonardo DiCaprio. En general
son muchas las escenas que nos traen a la memoria el film de James Cameron, pero cuando se llevan a cabo tan bien no nos podemos quejar. Eso sí, Adriana Ozores no aprueba en '
Gran Hotel', parece que está leyendo directamente del papel lo que dice, no encaja.
Paula Prendes podría ser la revelación de la temporada, como pasó hace años con Marta Torné en 'El Internado', o recientemente con Mar Saura en 'Ángel o Demonio', no estábamos acostumbrados a verlas en esas lides pero ambas destacaron para bien. El caso de Prendes es bastante diferente, la guapa presentadora pasa desapercibida, pero eso no es malo si tenemos en cuenta que la joven acaba de iniciarse como actriz. En Amaia Salamanca, en cambio, vemos una evolución más que notable desde 'Sin Tetas No Hay Paraíso', y eso no tiene porque ser necesariamente bueno.
Al fin y al cabo solo hemos podido visionar el primer episodio, y si contamos con que la expectación ha sido alta, quizás las cifras de audiencia no correspondan con lo que le espera a 'Gran Hotel' las próximas semanas, a pesar de haber apabullado a la competencia en su estreno (20%). No es ninguna novedad comentar la duración de la serie, pero como es española ya no nos sorprendemos de ello, de todos modos sigo reivindicando que si durase 20 minutos menos sería mucho más amena e interesante. Discrepancias con el guión aparte, ojalá todas las cadenas apostaran siempre por productos similares.