Detractores y seguidores del formato estamos de acuerdo en una cosa:
'Gran Hermano' necesita descansar. Además, el reality por excelencia debería continuar con cambios, y no me refiero a cambios en la esencia del formato, que de esos ya han hecho tantos que han terminado desfigurando la imagen del programa. Los cambios tendrían que estar enfocados en lo que han hecho mal los últimos años, la
salvamizacion tuvo su aquel durante un año o dos, pero esto se les ha ido de las manos. Por no hablar del recambio que han escogido para Mercedes Milá, un desastre.
Jorge Javier Vázquez es muy bueno en lo suyo, y como entrevistador sabe sacar lo mejor y lo peor de cada persona que sienta enfrente, pero le falla la prepotencia y el egocentrismo. En 'Gran Hermano' lo ha hecho fatal, sacando a relucir sus complejos una y otra vez, que si la silla más alta, que si tengo una voz bonita, que si soy objetivo, que si salgo gordo en pantalla y un largo etcétera de complejos que nos importan más bien poco a los espectadores de 'Gran Hermano'.
Los concursantes
No ha sido un mal casting, hemos encontrado a cuatro o cinco concursantes que merecen la pena, y eso no es poco. Lástima que la audiencia se haya deshecho de ellos antes del desenlace, dejando una recta final aburrida y agonizante, demasiado larga. Bea era la clara ganadora desde la salida de Adara, si hubiese ganado Meri solo sería por venganza, algo un poco tonto si tenemos en cuenta que la gente se estaba gastando dinero para hacer ganadora a una chica que se agarró en el último momento al cadáver de la que se suponía que era la favorita.
El concurso de Adara y Bárbara no me ha gustado en absoluto, la primera con su vocablo limitado en el que solo sabía decir un par de insultos insustanciales y los repetía constantemente, y la otra siendo bastante bicho. Nos viene muy bien alguien como Bárbara en Guadalix, pero no entiendo que la gente la defendiera más allá del espectáculo, cuando ha demostrado ser bastante ruin. La que también se unía rápido al clan de los chillidos gratuitos era Clara, pero he de reconocer que me ganó con su lealtad. Puede que la madrileña sea la más sensata de todo 'GH 17', y lo ha demostrado también en plató, aunque me gusta más cuando sonríe y se toma las cosas menos en serio.
La historia de Miguel y Pol ha sido una de las más originales este año, y no me hubiera sorprendido que Pol acabase con el gallego, esas miradas, esos jueguecitos y ese streaptease no creo que se lo haga a cualquiera de sus amigos. Miguel ha sido un gran incomprendido, me alegro que pasara la primera criba contra Pablo, un tipo que transmite muy mal rollo. Miguel ha jugado mucho, con los sentimientos suyos, con los de otros y con su presunta alopecia, pero nos ha dado vídeos interesantes y nuevos, sin repetir las manidas carpetas que han venido a forrar otros como Pol y Adara.
La pareja que más me creo es la de Bea y Rodrigo. Aunque fuera no cuaje su relación, pienso que serán buenos amigos, se nota la complicidad que existe entre ellos. Es una pareja que ha ido evolucionando y se ha ido forjando a medida que pasa el concurso, sin forzar la situación. Significado de algo que no entendería Meri, que le ha dado el concurso al pobre de Alain.
El Club y otras chorradas
¿De qué ha servido al final El Club? No tiene sentido que dijeran que alguien que no haya pasado por El Club no puede llegar al final. ¿Alguien se cree que si Meri no hubiese estado esos cuatro minutos en la codiciada sala habría sido expulsada? No hay que ser un lince para saber que en 'Gran Hermano' reina la improvisación. Cada vez se lo curran menos, y en vez de atar la mecánica desde el comienzo de la edición, se van inventando lo que ocurre cada semana con nominaciones, expulsiones, repescas y clubes de turno.
Hablando de idas de olla, lo ultimo ha sido lo de los porcentajes ajustados. Belén Esteban en 'GH VIP 3' introdujo estos sorpassos en directo, y ahora no paran de ocurrir. A decir verdad, soy bastante escéptico con este tema, me cuesta creer que cada semana los votos estén tan repartidos, que unos se pasen a otros de manera tan facil. No entiendo, sobre todo, que corten las líneas sin una cuenta atrás, porque si está tan ajustado es lo que deberían hacer, para que no pensemos mal, así no crearían la sospecha de que cierran teléfonos cuando tiene más votos el concursante que les conviene que salga fuera.
Hay ocasiones en las que 'Gran Hermano 17'
me ha recordado a la serie 'UnReal', cada vez le veo más parecidos. Todo lo que se cuece detrás de las cámaras, los vídeos con musiquita para convencer al espectador de una idea preconcebida o los comentarios del presentador, no creo que sean casuales. La siguiente edición, si la hay, debería ser más pulcra, dando libertad al espectador, sin cebos engañosos en el debate, ni vídeos tendenciosos en general.
Supongo que Telecinco no finiquitará 'Gran Hermano' de manera definitiva, pero debería plantearse la manera en la que seguir con el formato. No hemos visto por ninguna parte el cambio de color que prometían. La única novedad ha sido el presentador, y para mi gusto no ha dado la talla. Me gustaría que algún día apostaran por un 'Gran Hermano' que no tenga como referencia 'Mujeres y Hombres y Viceversa' o 'Sálvame'. Por un 'Gran Hermano' limpio y libre, aunque sea en otra cadena.