Tras dos años mediocres en '
Gran Hermano', ya tenía ganas de hacer un balance positivo del reality-show más longevo de nuestra televisión. El concurso de Telecinco es de los programas que mejor se mantienen, teniendo en cuenta que ya lleva a sus espaldas 16 ediciones con anónimos y van camino de la cuarta con famosos.
El casting ha sido todo un acierto, es verdad que las tramas se han ido desinflando, y algunas han resultado repetitivas, pero a rasgos generales no han parado de pasar cosas interesantes en 'Gran Hermano 16'. Incluso los denominados "muebles" han gozado de minutos de gloria, como puede ser la estrategia de Ivy y Carolina, la sutileza con la que malmetía Marina o los momentos divertidos que nos ha dejado Niedziela, crecida en la entrevista.
Un total de diecisiete concursantes, y todos han aportado algo al concurso, algunos más que otros. La final se ha disputado entre los dos protagonistas de la edición, ambos marcados por una relación de amor, amistad o llamémoslo equis. Para no variar, en 'Gran Hermano' han vuelto a prevalecer los edredonins, algo que cada vez me aburren más y carecen de originalidad. Soy más partidario de los personajes especiales que nos dan momentos por sí solos, como aquella Maite desatada de la primera semana.
Shhhhh
Los secretos no han sido tan importantes como nos querían hacer ver al principio, era de esperar, no fue más que un reclamo. Algunos secretos han dado más juego que otros, lo del jardín oculto o no decir que te conoces al dedillo cada metro cuadrado de la casa han sido un bluf del tamaño de una casa. Además, muchos esperamos todavía ese último, y penúltimo, secreto que se guardaba la presentadora.
Sin embargo, me parece un acierto el tema de los secretos, ya se hizo algo parecido en la 11ª edición, y fue genial. Además, no se veía un elenco de concursantes tan jugoso desde el '12+1'. Evitar que cada semana entre un nuevo concursante ha jugado a favor del formato, aunque en esta ocasión han resbalado con la entrada innecesaria de Ricky, concursante al que han introducido descaradamente para liarse con Sofía y avivar la trama de Suso y la navarra.
Estos elementos que el programa introduce benefician a quien ellos eligen, en este caso a Sofía, que ha seguido el patrón de las dos ultimas ediciones. La benjamina de Guadalix ha ganado por pena tras liarse con uno, o dos, chicos. Algo parecido ocurrió con Paula hace un año, y con Susana hace dos, que además fueron rechazadas en aquel entonces por Danny u Omar. Esto demuestra que el perfil de la audiencia votante es similar al público de 'Mujeres y Hombres y Viceversa', solo premian las historias de "amor" con una figura femenina como víctima., y si tiene un matiz choni todavía mejor.
La recta final más larga
No me entra en la cabeza que quedando siete concursantes empiece la llamada recta final, sin más nominaciones. Y menos todavía que estén tres semanas sin movimientos estratégicos, quedando todo en las manos de la audiencia. Este año han abusado de las nominaciones a la cara, que de vez en cuando están bien, pero tan a menudo restan credibilidad a las débiles razones que suelen dar de frente.
Aunque en esta ocasión los concursantes no se han cortado a la hora de montar el show en directo. Tal vez por eso la dirección del programa decidió dar alas a este tipo de nominaciones, para tener espectáculo del crudo, y a veces incluso desagradable, como cuando Aritz estalló en medio de aquellas memorables nominaciones.
Puestos a cambiar las reglas del concurso, igual no estaría mal que el público votara en positivo, para ir deshaciéndonos de los más prescindibles. Así no tendríamos que haber esperado hasta las últimas semanas para dar la patada a Vera o Carlos, dos panes sin sal que no sabría decir quién ha sido el más aburrido. También las nominaciones han sido fastidiosas muchas veces, obligando a decidir entre protagonistas como Suso, Raquel, Sofía o Maite, mientras que otros se salvaban de entrar en la terna a pesar de pasar sin pena ni gloria todas las semanas.
Otra forma de verlo
Los últimos años veo 'Gran Hermano' con otros ojos, buscan otro tipo de espectáculo, sin importar ya los rituales o la candidez de los participantes. La información del exterior entra y sale al antojo de la organización, y a veces de la presentadora. Aplausos, abucheos, reprimendas de Mercedes Milá o mensajes que enturbian la convivencia no han parado de filtrarse cada semana.
Una cosa es que el reality evolucione, y otra muy diferente que nos traten de tontos, y además jueguen con los sentimientos y emociones de los concursantes. El programa influye más que nunca en el resultado final de las expulsiones y nominaciones, cambiando normas, mostrando imágenes de la convivencia en la sala de expulsiones o montando cebos confusos, todo un clásico.
Tengo claro que 'Gran Hermano' es un entretenimiento, no hay que tomárselo en serio, por eso en mi vida he gastado ni un euro en votar, ni lo haré. Prefiero hacer 'hate watching' a través de Twitter, porque no nos engañemos, gracias a la familia que hemos creado en las redes sociales viendo este tipo de programas, las veladas son mucho más amenas y divertidas. Por mí que siga el show, ¡a por el 17!