'Gran Hermano 15', la edición menos apasionante

'Gran Hermano 15' ha terminado, y pese a ser la edición más corta de la historia como la ganadora ha sido una de las que más largas se ha hecho. La recta final ha sido soporífera, todo el pescao ya estaba vendido desde hace semanas (lo explico en #TimoGH15), por mucho que algunos tuvieran que autoconvencerse de que cualquier cosa podría pasar. El 70,9% de votos que han hecho ganadora a Paula lo reflejan.

La protagonista indiscutible ha sido Paula, de eso no cabe duda, y el mérito no es solo de ella, el propio programa ha movido cielo y tierra para que esto fuera así. Incluso cuando la hawaiana se había mostrado aburrida durante toda la semana, la edición de vídeos hacía estragos para lograr el vídeo simpático de la semana sobre Paula, con sus "muero de amor" y demás tonterías. Es lógico que gane la protagonista, a la que le hicieron el primer favor los chonis de Carabanchel, Omar y Lucía tuvieron una actitud nefasta que el público detestó, lo que no entiendo es por qué aplaudieron a Paula cuando sus actos eran similares a los de la pareja madrileña.

Lucía ha sido la mala de esta edición, es un papel difícil de conseguir, casi más complicado que proclamarse ganadora, y suele dar más alegrías a la larga, o al menos más apariciones televisivas, que es de lo que quiere vivir un alto porcentaje de grandes hermanos. Lucía revolucionó la casa, guste o no, ella revivió este 'Gran Hermano' que empezó con muy mal pie, hasta que el programa, una vez más, metió la mano y desmanteló la supuesta felicidad que se respiraba en Guadalix.

Lamentablemente, las galas han girado en torno a tres vídeos, siempre las mismas imágenes, como si del Día de la Marmota se tratara. Las no-parejas con sus idas y venidas (primos-Yoli-Azahara); Fran y su juego sucio; y la enésima repetición del triángulo Omar – Lucía – Paula, todo esto siempre aderezado con los gritos de la hawaiana, aunque alguna vez también se escapó algún balido de cabra o algunos chillidos albaceteños. Cada semana el mismo menú, hubiese sido difícil seguir esta edición sin la compañía de los tuiteros que me dieron la vida en este 'GH 15'.

Para colmo, este año hemos tenido que soportar la presencia de Florentino Fernández en unas cuantas galas, el showman aportaba más bien poco en el concurso, algún comentario gracioso se le pudo haber escapado después de 16 galas, pero poco más. Su presencia simplemente servía para alargar unas galas que ya de por sí se hacían eternas, el protagonismo de 'Gran Hermano' volvió a centrarse en personas ajenas al concurso, mala señal. Por no hablar de las apariciones estelares de Payasín, ¡qué pereza! Al programa le vendrá de perlas, porque seguro que tanto uno como otro desgravan.

Y para rematar una edición banal, anoche la grada de expulsados hizo historia por tener entre los reventados a unos muebles más parlanchines que nunca. Jonathan estaba indignado con la edición de las imágenes un clásico, a él se sumaron un maquiavélico Fran (con "palo metido por el culo" incluido, Milá dixit) y unos cuantos más de los que en unas horas no recordaremos ni el nombre. Eso es prueba de que el casting ha sido nefasto, el año pasado también se pasaron con el mobiliario, pero al menos tuvieron la excusa de que entraron tropecientos concursantes, esta vez la lista estaba cerrada desde el principio, y los participantes que han vivido al 100% se pueden contar con los dedos de una mano.

Finalmente la audiencia fue justa, por mucho que nos pese, eligiendo a tres finalistas que se han expuesto al máximo, sin medias tintas. Ahora llega el turno de 'GH VIP 3', seguramente lleven semanas centrados en este formato, se nota porque han dejado de lado la producción exquisita de galas anteriores. En la gran final el equipo de 'GH 15' ha demostrado que los vídeos resumen siguen siendo lo suyo, creando imágenes preciosas acompañadas de una BSO que pone los pelos de punta siempre y cuando no usan reggaeton. Hasta la decimosexta edición, que espero que se haga esperar.

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