(Contiene spoilers)
Mes y medio, eso es lo que nos queda para volver a ver a los protagonistas de 'Glee' y retomar las historias que han quedado abiertas después de su último capítulo, un episodio que podría marcar un antes y un después para las jóvenes promesas del Glee Club. Los alumnos del Instituto McKinley dejarán las aulas este año, aunque es probable que alguno repita curso y le podamos seguir viendo en la próxima temporada.
De todos modos, es pronto para hablar del final de la actual etapa, así que simplemente nos vamos a centrar en cómo han cerrado el ecuador de la serie Ryan Murphy y su equipo.
La tercera temporada no está siendo la más irregular, ya que en ella predominan los capítulos flojos y las tramas carentes de interés. Pero
ha sido este episodio el que a muchos nos ha devuelto la fe en 'Glee', ¿tanto cuesta mantener el nivel? Incluso el repertorio musical de este capítulo ha sido perfecto, destacando el nuevo tema de Kelly Clarkson, 'Stronger', entre otros.
Hemos empezado el capítulo con un personaje que ha estado ausente durante esta temporada, Dave Karofsky. Sabíamos que pese a abusar de Kurt y hacerle bullying, el chico malo del insti realmente estaba enamorado de porcelana, como diría Sue Sylvester. La bomba estalla cuando Dave no solo asimila que su amor no es correspondido, sino que los que creían que eran sus amigos y compañeros de equipo le dan la espalda y se mofan de él tras verle con Kurt el día de San Valentín. El desprecio de los de su entorno empuja a Karofsky a intentar suicidarse, sin éxito.
Fue emotivo ver como Kurt le visita en el hospital y se dan la mano como símbolo de amistad y apoyo. Esta historia seguramente no haya quedado cerrada, es posible que Dave siga luchando por conseguir el amor de Kurt, interponiéndose al mismísimo Blaine, o incluso uniendo fuerzas junto a otro villano del serial, Sebastian, el nuevo y maligno fichaje de los Warblers. El idilio entre Kurt y Blaine puede tambalearse en cualquier momento.
El número de personajes homosexuales en '
Glee' no para de aumentar, ahora son
Santana y Brittany las que disfrutan de una historia de amor peculiar, y un tanto forzada para mi gusto. En este capítulo veíamos como el mayor deseo de Santana es que su abuela la acepte tal y como es, una trama que puede seguir dando juego.
Y los que están creciendo demasiado rápido son Finn y Rachel, la pareja protagonista e ideal tiene prisa por casarse, y se adelantan a sus profesores para llevar a cabo un bodorrio que nos deja con una interrogación. El episodio termina con Rachel vestida de novia, los invitados preparados para el enlace, y los padres de la pareja desquiciados, buscando una manera de que los dos tortolitos no se lleguen a casar a tan temprana edad.
Al final parece que el deseo de los padres puede cumplirse, porque Rachel no quiere pasar por el altar sin que todos sus amigos lo presencien, y Quinn todavía no ha llegado.
La rubia del Glee Club está convirtiéndose en el personaje más camaleónico del reparto, empezó la temporada tan rebelde como nunca la habíamos visto, con un cambio de look que al final se quedó en nada y pronto volvió al coro. Más adelante sucumbió nuevamente a los encantos de la religión y su grupo católico que había dejado atrás, y ahora retrocede otra vez para convertirse en animadora, con el consentimiento de una irreconocible y embarazada Sue. Todo vuelve a ser como antes para Quinn, pero un accidente descuadra los planes de la joven, y también paraliza, de momento, la boda de sus amigos.
Hacía tiempo que en 'Glee' no nos regalaban un capítulo con tanto contenido, parece que la serie quiere despedir a su primera hornada de cantantes por todo lo alto, y sería una pena que no fuera así. Pese a los constantes resbalones que ha sufrido la comedia, debemos depositar todas nuestras esperanzas en esta recta final. Prometedor.