Puede que me equivoque con mi primera impresión, pero una vez vista la lista definitiva de los nuevos concursante de '
GHVIP' puedo decir que no me atrae ninguno de ellos. Mientras que el año pasado el enfrentamiento protagonista de la primera gala estaba centrado en Esteban y Hormigos, en esta edición nos intentan enganchar con los
sucedáneos de Kiko Matamoros y Makoke, una historia muy trillada a la que no veo mucha vida fuera del saloncito de '
Sálvame'.
En un principio, el fichaje estrella fue el de Rosa Benito, pero rápidamente ha sido sustituida y eclipsada por el Pequeño Nicolás, que ahora insiste en que le llamen "Fran". Ya veremos si consigue desprenderse de esa etiqueta que al fin y al cabo él mismo se impuso. Otra que pisa habitualmente el plató de 'Sálvame' es Raquel Bollo, que ya ha estado en algún que otro reality de la cadena, y en la edición pasada fue su pseudo-nuera la que llegó a la final junto a Belén Esteban.
La nota de color parece que la va a dar Sema, llega guerrero y se ve que tiene ilusión por vivir la experiencia, lo contrario a Carlos Lozano, que entra algo subidito, pero puede ser que a lo tonto dé más juego que ninguno. Él mismo dice que le gusta el cotilleo y hablar de más, no dudo que equivocó a propósito los parentescos de los Matakoke para ver si podía encender la mecha minutos después del arranque del programa. Pienso que Lozano está ahí porque tiene pactado algo con Mediaset, aunque sea conducir el siguiente reality low cost de Telecinco, como en su día hizo Sonia Ferrer en 'Campamento de Verano'.
Como en cualquier casting de este tipo, no faltan los satélites de la talla de Belén Roca, 'Mujeres y Hombres y Viceversa', acompañada por un Mister que hasta ahora ha pasado desapercibido y una ex gran hermana, este año la ocasión de vivir por segunda vez la experiencia la va a tener Liz, de 'GH 10'. Creo que se equivocaron al elegir a una chica que produce tanta pereza, habla demasiado para no decir nada, no engancha, y prueba de ello son los debates en los que ha estado, intentando llamar la atención a toda costa, cero interés.
La sorpresa de este año es la cantidad de rostros VIP que han entrado, a Carlos Lozano se le suman Lucía Hoyos y Julius, conocidos realmente por su trabajo, y han sido habituales de la pequeña pantalla, aunque alguno de ellos dos décadas atrás, pero cada uno a su manera se ha ganado el sello VIP. Actriz y cocinero, lejos de la farándula de 'Sálvame' y de los tronos de Emma García, se agradece que entre gente fresca que no ha pisado otros reality-shows. No obstante, a priori no parece que vayan a dar mucha carnaza.
Julián Contreras Junior es otro que entra por ser hijo de quien es, aunque al menos le hemos visto en televisión y revistas desde hace más años que a los Matakoke, parece un tío humilde y bonachón, veremos si cumple las expectativas. El más veterano es Rappel, que aunque muchos no lo recuerden ya estuvo en 'La Granja' de Antena 3. Y la más nueva en estas lides, recién salida de la polémica, es una concejala de Ciudadanos que va de heroína por el mundo después de pedir que le pagaran los desplazamientos de Chicago a Sevilla cada semana para acudir al pleno. Ahora vamos a ver su lado más personal, eso sí, entró por todo lo alto luciendo un vestido más propio de una princesa que de una concursante semi-VIP.
Se repite la mecánica
En la edición anterior también dividieron la casa en ricos y pobres, aunque lo llamaron de otra forma más fina, algo así han hecho este año, faraones contra esclavos. Ya se han dividido en dos grupos, y Belén Esteban eligió a los anfitriones. La ganadora del año pasado estuvo presente en el plató y en la casa, para no desviar el peloteo al que fue sometida durante su propia edición, hasta alzarse con el premio.
El tema de los ricos y pobres no suele durar mucho, tener divididos a los participantes durante semanas se hace tedioso, es mejor darles pruebas dinámicas y divertidas antes que hacer que limpien la suciedad del resto. Aunque pueden dar grandes momentos como los de la primera semana de la edición anterior, con Belén Esteban y Olvido Hormigos entregadas en su lucha.
Es mejor no hacer comparaciones, porque el casting de 'GH VIP 3' fue muy grande, y a medida que avanzaba el concurso todos fueron enseñando la patita y pidiendo su parcela de protagonismo, algo que el espectador de este tipo de concursos agradece, y mucho. No pongo en duda que con el tiempo los nuevos inquilinos de Guadalix sorprendan para bien, pero de momento parece un casting soso acompañado de una gala inaugural descafeinada.
Por su parte, Jordi González tampoco ha ayudado mucho en la labor de conductor del espacio, no se entrega en absoluto, parece que le han plantado en medio del plató y está por estar, sin ilusión. Tampoco creo que vaya a ayudar Sandra Barneda en el debate de los domingos, ella encaja mejor en otro tipo de formato, donde ha demostrado que es toda una profesional. Ojalá nos sorprenda, pero va a ser difícil lidiar con los anárquicos colaboradores del debate, que supongo que repetirá la horrible fórmula de las gradas.
Hace escasas semanas que terminó 'Gran Hermano 16', se lo van a tener que currar mucho para llamar de nuevo la atención de un público que ya exige más. La pelota no solo está en el tejado de los concursantes, el programa también tiene que espabilar e innovar si quiere seguir siendo líder.