'Fringe' T2: ciencia ficción de la buena

(Contiene algún spoiler debidamente señalado)

A la espera de la tercera temporada de 'Fringe', que se estrena en EE.UU el día 23 de septiembre, podemos ir analizando varias dudas, cabos sueltos o curiosidades que se nos han ido planteando en la segunda temporada de la serie.

Lo primero de todo, destacar el gran trabajo de los actores una vez más, es una de las series actuales que mejor casting tiene, y por desgracia dicha calidad no se ha visto reflejada en los premios más populares del momento (léase los Emmy), pero Fringe no necesita una figurita para confirmar su éxito y la fidelidad de su público.

A lo largo de la temporada hemos entendido mejor al loco Walter Bishop y nos hemos metido en la piel de la Agente Dunham en cada uno de los capítulos. Podría decir que en este caso, una vez más, las segunda partes pueden incluso superar a las primeras. Al principio todo lo veíamos más extraño, aunque era comprensible tratándose de ciencia-ficción, pero ahora la serie ha llegado más allá, y he llegado incluso a creer que es posible todo lo que ocurre gracias a sus explicaciones y a lo bien tratada que está cada una de las tramas.

El triángulo protagonista es clave para la serie y me atrevería a decir que es inmejorable; además, por si nos parecía poco, ahora vamos a tener ración doble de alguno de ellos (como es el caso de los alternativos o paralelos Olivia y Walter).

He de reconocer que el final de la primera temporada fue mucho más impactante y original, ya que en esta ocasión era de esperar que Olivia de quedara atrapada en la otra realidad, con un Walter Bishop más inquietante si cabe. ¿Qué hará la 'otra Olivia' al encontrarse con su hermana y su sobrina? Porque ella no ha conocido nunca a su hermana, y mucho menos a la hija de ésta, ¿será su familia quién descubra que ella no es la verdadera Olivia? Estaría bien que la trama personal tomara ese camino.

De todas formas, el peso de la serie nunca lo han llevado las relaciones personales de los protagonistas, que siempre han quedado en un segundo plano (pese a que en esta última temporada nos mostraran la vida de cada uno de ellos con más detalle, sobre todo en el caso del pasado de Walter y su hijo Peter). Seguro que en la tercera etapa nos quedan por ver muchos efectos especiales, enfermedades paranormales o fenómenos inexplicables.

Pero en Fringe también hay otros personajes que aunque no sean principales también dan un toque de intriga y agilidad al producto. Tras la muerte de Charlie (aunque le pudimos ver fugazmente en la season finale de la segunda temporada), que era mi secundario favorito, otros como Astrid, Phillip o la poderosa Nina Sharp han ido cogiendo fuerza en las diferentes historias. Eso sí, el personaje de Jasika Nicole (Astrid) no termina de convencerme, es uno de esos secundarios que deseas que salga de la serie o que de una vez por todas le den más protagonismo, pero verla ahí sin tener nada que aportar me llega a dar pereza.

No obstante, aunque haya llenado de elogios a la serie, pienso que no debería tener más de cuatro temporadas, porque puede desgastarse fácilmente y los guionistas lo van a tener complicado para sorprendernos. Además nunca me han gustado los procedimentales, ya que tras ver 10 episodios ya me parecen todos los capítulos iguales, pero claramente este no es el caso. No sé si será por la grandísima Anna Torv o por los también grandes John Noble y Joshua Jackson, pero en estos momentos sería incapaz de dejar de lado una joya como esta, que por suerte no tiene nada que ver con el engaño de Lost, aquí al menos se van descubriendo varios misterios y no juegan al despiste tan descaradamente, por lo que en este caso J. J. Abrams merece un largo y fuerte aplauso... plas, plas, plas...