'Euphoria': Transgresora y sin complejos

HBO siempre ha destacado por ir un paso más allá en la ficción, y este verano ha querido sorprender con una serie psicodélica como 'Euphoria'. La historia comienza con el nacimiento de la protagonista, Rue (Zendaya), que ve la luz por primera vez el mismo día del ataque contra las Torres Gemelas. La pequeña crece desarrollando una especie de toc que preocupa a sus padres, y no dudan en medicarla, algo que desemboca en una adicción que arrastrará hasta después de la adolescencia.

Es en esa etapa en la que se centra 'Euphoria', cuando Rue acude a fiestas de instituto y se mezcla con gente poco recomendable. A la protagonista le cuesta dejar las drogas, ni se lo plantea. Su madre está detrás de ella en todo momento, pero Rue siempre sabe cómo esquivar los controles de la madre, recurriendo a engaños y mentiras. Tiene una hermana pequeña que no aparece mucho en el piloto, y el padre está ausente a partir de su infancia, probablemente haya muerto, y es posible que no los vayan contando a medida que avanza la serie.

De forma paralela conocemos a la chica nueva del instituto, Jules. Una chica trans solitaria a la los problemas le persiguen, o pueda que sea ella la que va tras ellos. Conoce a un hombre casado en una aplicación de contactos, y seguro que esta relación sigue dando mucho juego, porque además se trata del padre de un compañero del instituto, Nate, un tipo chulo de familia bien que se cree que está por encima del resto. Y no ha empezado muy bien su relación con Jules, lo contrario que ha ocurrido entre ella y Rue, que han encajado desde el primer momento.

'Euphoria' tiene mucho por ofrecer, juega con el impacto y la transgresión para llamar la atención del público, que aunque ahora parezca imposible pasar ciertas líneas o ser pionero en ello, HBO ha empezado con buen pie con esta serie. Y no me refiero solo a las escenas subidas de tono, o a que aparezcan en pantalla más penes que tetas, que eso también es novedoso, aunque no debería ser un aliciente. En el piloto trata muchos temas escabrosos con naturalidad y haciendo que una serie con apariencia extraña y estrambótica encaje a la perfección en su primera hora.

Puede que el titular fácil de la mayoría de los medios que han hablado acerca de 'Euphoria' esté relacionado con la prótesis de Eric Dane en una de las escenas más morbosas de la ficción. Sin embargo, el piloto atrapa por algo más que un cacho de carne, aunque su desenfado al mostrar ciertas imágenes jueguen a su favor y logren que se cree un sello distintivo desde el primer episodio.

HBO está apostando fuerte por productos arriesgados y novedosos desde el final de 'Juego de Tronos'. Hace unas semanas daba en la diana con 'Years & Years', y ahora se muestra muy vivo con el comienzo de 'Euphoria', sin olvidar uno de los proyectos más aplaudidos de la última temporada, 'Chernobyl'. La cadena por cable americana pasa por muy buen momento, y la serie de Sam Levinson es un importante empuje para hacer que el engranaje de HBO siga funcionando de maravilla.

A primera vista puede parecer que nos enfrentamos a una serie teen en la que abundan las banalizaciones sobre drogas, sexo, fiestas, alcohol y el mal uso de las redes sociales. Estos temas los siguen tocando, pero no creo que lo hagan de forma banal. De hecho, estuve a punto de no dar ni una oportunidad a este drama que no me sugería nada, me asomé al piloto por casualidad, y seguro que durante el verano me acompañará. Una más para la colección.

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