¿Es realmente necesario dividir la temporada final de 'Unbreakable Kimmy Schmidt'?

A finales de mayo Netflix estrenó la última temporada de 'Unbreakable Kimmy Schmidt', pero incompleta. La plataforma streaming se guarda los últimos capítulos para enero de 2019, usando una estrategia que por desgracia cada vez es más común en la televisión americana. Pasó en su día algo similar con 'Breaking Bad', o incluso 'Juego de Tronos' también ha tenido su corte. La propia Netflix ha hecho lo mismo este último mes con la quinta temporada de 'Arrested Development'.

Teniendo en cuenta que la cuarta y última etapa de 'Unbreakable Kimmy Schmidt' está compuesta únicamente por 12 episodios, me parece absurdo dividirlos en dos partes, y con tanto tiempo de margen entre una mitad y la otra. Esta estrategia puede tener más sentido cuando se trata de un drama o una serie de intriga, pero en la comedia disparatada de Ellie Kemper no cuadra. De hecho, de esta manera logran que los seis episodios emitidos sepan a poco, y los espectadores tenemos la sensación de que se ha tratado de un mero avance. Algo parecido ocurrirá con la segunda tanda, otros seis episodios que nos van a dejar todavía más fríos, tratándose de los definitivos.

La protagonista indiscutible de la colorida comedia de Netflix es Ellie Kemper, pero sus compañeros han ido ganando terreno. Titus ya lo hizo en temporadas anteriores, y sigue en esa mecánica ascendente, con tramas surrealistas que suelen acabar mal para el aspirante a actor. Este año su cometido es interpretar a un superhéroe, con la ayuda de la inepta Jacqueline, que necesita recaudar dinero como sea si no quiere convivir de por vida con Kimmy y Titus en el cuchitril alquilado por la avispada Lillian.

Y es que la casera y amiga de la protagonista ha cobrado mayor protagonismo en estos seis episodios. Tras la muerte de su última pareja, Lillian no ha parado de estar envuelta en las historias de Kimmy, Titus y Jacqueline, y en el episodio final por fin se crea un arco argumental solo para ella. El reparto de la herencia del difunto le deja a Lillian a cargo del dinero del que dispone la hija del fallecido, una mujer desequilibrada y muy chunga. La relación entre Lillian y la hija puede dar mucho juego en la próxima tanda de capítulos, prevista para dentro de medio año.

También se ha estrechado el vínculo entre Jacqueline y Xan, la hija adolescente de su ex. Xan ha acudido a la que fuera su madrastra para consultar sobre su posible embarazo, algo que al final ha quedado en nada, pero ha dejado al descubierto la dependencia de la eterna adolescente. A Jacqueline le ha sentado bien este guiño, y es que la mujer de hielo también tiene su pequeño corazón. Jane Krakowski cada año me gusta más, es fantástica toda ella, y su personaje es la bomba, completamente impredecible.

En cambio, con la protagonista he tenido una dicotomía. Kimmy siempre me ha encantado, pero en estos seis episodios siento que ha sido ensombrecida por el resto del reparto. El colmo ha sido su estúpida trama con la mochila parlanchina, y también me terminó saturando el episodio especial dedicado al documental sobre el DJ fracasado que nos desvela el paradero del reverendo (John Hamm). La idea de emular 'Making a Murderer' es maravillosa, y está muy bien llevada a cabo, pero teniendo en cuenta el poco tiempo del que disponemos para disfrutar de nuestros personajes, me pareció excesivo dedicar media hora a una historia metida con calzador.

Para los últimos seis capítulos pido que nos muestren más de la Kimmy que conocimos en el inicio, antes de ser rescatada del búnker, con más imágenes del resto de "Mujeres Topo". También estaría bien que Tina Fey hiciera un nuevo cameo, esta vez sin que el objetivo sea lucirse, porque en la recta final la protagonista debe ser Kimmy Schmidt, y sus tres compañeros de aventuras.

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