Enganchado a 'How to Get Away with Murder'

Los parones navideños son la excusa perfecta para recuperar aquella serie que dejaste en el cajón hace tiempo, o para ver alguna serie nueva que hasta el momento no te habías lanzado a dar una oportunidad. En mi caso he decidido guiarme por las críticas positivas de la última serie de Shonda Rhimes ('Anatomía de Grey', 'Scandal'), y aunque tenía mis reservas sobre el nuevo proyecto de la reina de los placeres culpables finalmente he caído en sus redes, y no me arrepiento.

'How to Get Away with Murder' es uno de los mejores estrenos de la temporada, mezcla diferentes géneros, y lo hace sin que el resultado parezca forzado. El drama no puede faltar en un proyecto de Shonda, los toques cómicos le dan una chispa distinguida, incluso tiene un ramalazo teen muy bien llevado, pero la joya de la corona es la intriga que despierta desde el primer momento. La serie atrapa no solo por los atractivos perfiles de sus protagonistas, también engancha gracias al misterio que se convierte en el epicentro de la ficción.

Un asesinato en el que unos jóvenes universitarios están involucrados es la premisa perfecta para tener a unos cuantos seguidores del género pegados a la pantalla. En el entuerto se ven envueltos la estricta profesora interpretada por Viola Davis y todo su equipo. Davis se mete en la piel de Annalise Keating, una mujer de hierro volcada al cien por cien en su carrera, además de ser un tiburón en los juzgados.

En cada episodio, 'How to Get Away with Murder' se centra en un caso diferente, esa parte procedimental hay momentos en los que se hace pesada, ya que queremos saber más sobre la trama principal y sus protagonistas. Temo que la serie se convierta en un mero procedimental una vez resuelto el crimen del entorno de la familia Keating. Los personajes están muy bien estructurados y pueden dar mucho juego, sería una lástima que convirtieran la ficción en una serie de abogados.

Los cinco jóvenes que ayudan a la Profesora Keating en sus labores como abogada tienen un carácter marcado, para que la audiencia pueda identificarse con alguno de ellos, y así crear filias y fobias entorno a la figura de cada uno. Por ejemplo, Wes es un chico corriente que fácilmente levanta simpatías; Laurel viene a ser la chica más independiente y alternativa del grupo; Michaela es una niña de papá que cree que puede conseguir lo que quiera; Connor es chulesco e irónico, pero empatiza con el público, algo que no consigue Asher, el más despegado del quinteto, posiblemente el que menos dedos de frente tenga.

A lo largo de cada episodio intercalan imágenes del presente con otras de meses atrás, en las que muestran cómo los jóvenes hacen frente al asesinato que presuntamente han cometido. Todo son interrogantes, pero poco a poco vamos atando cabos gracias a la sutileza con la que los guionistas hilan las tramas. Es todo un acierto este trabajo de Shonda y cia, hacen que cuando termine un episodio tengas ganas de devorar el siguiente.

Hasta ahora cada capítulo estaba centrado en un protagonista, no sabemos si seguirán el mismo esquema a partir de la segunda mitad de la temporada. Gracias a los flashbacks hemos podido conocer mejor las inquietudes y secretos de estos personajes. A la lista de los jóvenes se le suma Rebecca Sutter, interpretada por Katie Findlay, aquella Rosie Larsen de 'The Killing' se nos ha hecho mayor, y no lo hace nada mal. Rebecca tiene conexión con otro crimen que lleva el equipo de Keating, esto tampoco pasa inadvertido en los primeros nueve capítulos. Y lo que queda.

Estoy contando los días que quedan para que llegue el 29 de enero y nos desvelen como continúa la historia. Ver nuevamente a la camaleónica Viola Davis en este bombón de papel no tiene precio. A los que no la hayáis visto deciros que estáis a tiempo de pillar el hilo, no os va a dejar indiferentes una vez adentrados en el oscuro entramado de los Keating.

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