La primera temporada de ‘
El Pueblo’ ya está disponible en Amazon Prime Video, una estrategia extraña por parte de Mediaset España, que ha decidido esperar hasta el año que viene para estrenar los capítulos de la comedia de Contubernio. Es probable que la serie termine estrenándose en abierto en Cuatro, porque
no va a tener mucho sentido que el canal principal de Mediaset apueste en prime-time por una ficción que ya han podido ver muchos espectadores.
Por si esto fuera poco, los responsables de ‘El Pueblo’ ya están trabajando en la segunda temporada, confirmada por la cadena de Vasile, y que seguramente también se vea antes en Prime Video que en la propia Telecinco. Los hermanos Caballero (‘La que se avecina’) y Roberto Monge están detrás de esta divertida comedia, y la mano de estos genios del humor se nota en los diálogos y en las características de los personajes, aunque por el momento son menos estrambóticos que los habitantes de Montepinar.
La premisa de ‘El Pueblo’ da mucho juego, y el piloto es uno de los mejores capítulos de la temporada, algo poco habitual en comedia. Las series de humor suelen necesitar más tiempo de reposo para hacer que los espectadores se identifiquen con los personajes, y dar margen a los guionistas para comprobar cuáles son los perfiles que mejor encajan en las tramas conjuntas. Es una serie coral muy lograda, que desde el piloto llama la atención, con dos clases de protagonistas, por una parte están los nuevos habitantes de Peñafría, que vienen de la ciudad; y por otra los cinco ancianos que viven en esta pequeña localidad soriana desde siempre.
Tal y como ocurre en ‘La que se avecina’, los engaños están a la orden del día en las tramas de ‘El Pueblo’, y es con un engaño como empieza la serie, o varios. Santi Millán e Ingrid Rubio son una pareja joven, con un hijo, que buscan formar una ecoaldea, esta familia hippie encuentra un pueblo vacío y anima a otras personas con ganas de cambiar sus vidas a unirse a ellos. Provocan dos confusiones que detonarán el resto de tramas, una de ellas es que Peñafría no está realmente vacía, y la otra hace referencia a los nuevos habitantes que vienen de la ciudad, estos no son precisamente ecofriendly, están huyendo de sus vidas, escapando de diferentes problemas que les lleva a esta aldea incomunicada.
El reparto de ‘El Pueblo’ es un acierto, y no me refiero a los nombres más sonados y que todos conocemos, sino a los más mayores que componen un casting brillante. Personajes como Alsacio, su mujer María o el Ovejas son aliciente suficiente para sentarse a ver esta serie. Cualquiera que haya tenido contacto con un pueblo pequeño de la Castilla profunda puede identificar las diferentes situaciones que muestran en la comedia de Mediaset y Amazon. Tirando también en ocasiones del surrealismo y la exageración característica de los Caballero.
Uno de los grandes descubrimientos viene de la mano de María Hervás, que interpreta a Amaya, una joven que lo tenía todo al lado de un constructor estafador y poco agraciado, y ahora en Peñafría tiene la ocasión de encontrarse a sí misma, aunque ese no sea su objetivo en ningún momento. Junto a Hervás encaja de maravilla Carlos Areces, y siempre es un gusto ver a Norma Ruiz en pantalla, aunque en este caso esté en medio de una historia romántica, que para mí es lo más flojo y repetitivo de esta serie.
Por último, ‘El Pueblo’ es un regalo para la vista, una serie repleta de exteriores, con la naturaleza brotando en cada plano. La ficción se grabó prácticamente íntegra en un pueblo de Soria, y es una suerte que prescindan del cartón piedra y de los croma más manidos.