La recta final de '
El Príncipe' ha comenzado, eso no significa que estemos cerca del desenlace, porque
la segunda temporada la compondrán ni más ni menos que 16 capítulos. Además, no se descarta que haya un parón para aprovechar el tirón de la serie y así dejar lo "gordo" para septiembre, en temporada alta.
Después de los tres primeros episodios ha quedado claro que la serie tiene la intención de despedirse por todo lo alto. La acción no ha faltado en ningún momento, y es de agradecer que el ritmo sea agradable, teniendo en cuenta que la duración de cada capítulo no baja de los 70 minutos. El primer contacto fue en La Valeta (Malta), donde demostraron el despliegue de medios, que no tuvo nada que envidiar a otras persecuciones de ficciones internacionales a las que siempre hacemos referencia.
Quizás en lo que sigue resbalando la serie de Telecinco es en la credibilidad de sus actores principales, empezando por Álex González, que tiene que seguir enseñando chicha sin venir a cuento para que no nos fijemos en lo mal que lo hace. Hiba Abouk está correcta, aunque a mi parecer le queda grande el papel de protagonista. Otros como José Coronado, Rubén Cortada o varios secundarios lo bordan, dejando el listón muy alto.
Volvemos al amor
Es una lástima que una ficción tan bien estructurada y con tanto que aportar se pierda en una historia de desamor ya narrada anteriormente. Es lógico que hagan uso de ese amor prohibido de los protagonistas, al fin y al cabo es lo que vende, y no les va nada mal en ese aspecto. Aún así, disfruto mucho más cuando muestran las diferencias raciales y sociales que están latentes en este barrio de Ceuta.
La historia entra Fátima y Morey la podemos ver en cualquier culebrón, y es muy probable que no terminen comiendo perdices, aunque el que seguro acabará mal será Khaled, el prometido de la protagonista. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos, Fátima está cegada, y no por amor, siente tanta rabia por lo que le sucedió a su hermano pequeño que la tiene tomada con Morey, que era el primero que pasaba por ahí.
Khaled se posiciona como el gran villano de '
El Príncipe', y prácticamente está pillado, pero seguro que usará sus
mejores/peores artes para salir ileso de este asunto y encasquetar el entuerto a alguna de las marionetas que maneja a su antojo. Lo curioso es que Fátima siga confiando en él, y lo que es peor, contándole todos los secretos y maniobras de Morey. Qué tonta.
Secundarios interesantes
La temporada no ha hecho más que empezar, faltan por aparecer actores como Jesús Castro (miedo me da, espero que tengan preparados los subtítulos). Y hay nuevos personajes que seguro que no los han introducido al azar, hablo del nuevo compañero de Mati, un chico muy mono que parece que está interactuando una obra de instituto.
Mati no ha superado la muerte, y decepción, de Hakim, espero que a los guionistas no se les ocurra liarla con el sustituto del difunto, aunque todo apunta a que será así, ¿se va a repetir la historia? ¿O tal vez ahora sea Mati el verdugo? No olvidemos que hay un intruso en la comisaría, un presunto topo, me resulta difícil creer que sea ella, aunque me cuadra menos que sea Quílez, personaje perdido esta temporada, al menos de momento.
Y si el idilio de los protagonistas me interesa más bien poco, la historia de Fran (José Coronado) con la camarera es lo menos de esta serie. Se agradece que sea una trama que apenas ocupa minutos. Por mi parte, sigo esperando a que reaparezca Elia Galera, creo que su historia no está del todo cerrada.
La familia de Fátima también tiene sus propios problemas, la enfermedad de la madre, la infidelidad de la cuñada o los líos en los que sigue involucrado Faruq son subtramas que pueden dar mucho de sí, cada una en su escala. Los trapicheos están a la orden del día en El Príncipe, pero a Faruq se le escapa algo, y si sigue metiendo el hocico donde no le llaman puede que le estalle en la cara.
A rasgos generales, me encanta cómo están gestionando las tramas de '
El Príncipe', es una de las series más emocionantes del momento, y eso que la competencia no es nimia.
La fotografía sigue siendo impecable, el guión engancha y la atmósfera creada por el equipo es un valor seguro para la ficción. La desventaja más grande la veo en el reparto, aunque uno ya se ha acostumbrado a eso. Y al cartón-piedra.