El nuevo camino de Carrie, y de 'Homeland'

La serie de Showtime vuelve a resetear, y nos muestra en el inicio de la quinta temporada a una Carrie Mathison más serena y calmada que nunca. La vida de la protagonista de 'Homeland' ha dado un giro de 180º. Ya no trabaja para la CIA, sino en el sector privado, con un ritmo mucho más pausado y relajante, nada que ver con los años anteriores.

Además, Carrie por fin ha adaptado a los cánones de la sociedad su papel de madre, va al colegio con la niña, la recoge, organiza fiestas de cumpleaños... Y por si eso fuera poco, la protagonista está casada con un hombre al que no le falta de nada, al menos en el sentido material de la expresión. Carrie, su marido y su hija viven de manera acomodada en una Berlín que parece mucho más pacífica que la ciudad que deja al otro lado del charco.

Pero es obvio que no es oro todo lo que reluce, no han tardado en darle problemas a Carrie. A medida que avanza el primer episodio de la temporada las cosas se ponen más negras para la rubia. No solo es secuestrada otra vez, les encanta recurrir a este tipo de ataques a los guionistas de la serie, sino que termina estando involucrada en una red de espionaje que conecta la división de Estados Unidos con la de Alemania.

Por lo tanto, si Carrie ha querido huir de su tormentoso pasado y del trabajo relacionado con el terrorismo ha elegido mal lugar. Hubiera hecho mejor en irse de retiro a una isla perdida en medio de cualquier océano. La alarma salta cuando unos hackers que parecen principiantes intentan subir un vídeo en tono de sátira acerca del islam. Son detectados por los servicios informáticos de la CIA, y meten la pata dejando abierta una vía para poder descargar información confidencial. Entre otras cosas, quedan al descubierto los acuerdos entre la CIA y los servicios secretos alemanes.

Tras el culebrón de espionaje que parece que mantiene a Carrie al margen, llega a Berlín un Saul más serio si cabe. Después de su ascenso frustrado el año pasado, Saul está dolido con el mundo, especialmente con Carrie, a la que ni siquiera mira a la cara. No parece que la relación entre estos dos vaya a ir a mejor, al menos no a corto plazo.

Por su parte, Quinn ha cogido el testigo de Mathison en la CIA, su papel de chico duro y frío le viene como anillo al dedo. Su único objetivo es seguir aniquilando terroristas sin importar las consecuencias, y es que el pasado de Quinn tampoco ha sido un camino de rosas, tal vez por eso no le tema a nada. A pesar de que Carrie tiene una vida totalmente diferente, espero que se vuelvan a cruzar sus caminos, además ya vemos en el final del episodio que Carrie empieza a ser la de siempre. Ya decía que le iba a durar poco esta nueva pose europea.

El capítulo ha planteado nuevas tramas de manera ordenada, es un nuevo comienzo, otro más, y siempre es emocionante ver por dónde irán los tiros en el enésimo camino de 'Homeland'. No obstante, cinco años son muchos para una serie de estas características, ya no veo en ella nada de las dos primeras temporadas, que me atrapaban de principio a fin. Han sabido evolucionar mirando hacia otro lado, pero no pueden seguir estirando el chicle, por muchas tramas terroristas más que se les puedan ocurrir.

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