'El Ministerio del Tiempo', metatelevisión pura

Durante tres temporadas, 'El Ministerio del Tiempo' se ha adaptado de forma brillante a los cambios que han ido sucediendo tanto en las tramas como en la fuga de los personajes, algunos de ellos protagonistas. El trío principal ha cambiado casi por completo, pero la esencia de la ficción se ha mantenido, también, casi intacta.

El último relevo ha sido el de Amelia. La marcha de Aura Garrido ha dejado un gran vacío en 'El Ministerio del Tiempo', personalmente era el personaje que más me gustaba, un contrapunto ideal que han sabido parchear de la mejor manera posible, con el fichaje de otra gran promesa, Macarena García. Además, García llega para meterse en la piel de otro personaje que también nos deja, Lola Mendieta, así los guionistas consiguen cubrir dos bajas con la presencia de una sola actriz.

La nueva Lola Mendieta tiene mucho que aportar al Ministerio, aunque es lógico que el resto de integrantes no se fíen de ella en los primeros días. De esta manera conocemos el pasado del enigmático personaje de Natalia Millán, y la joven Lola tiene una segunda oportunidad para remendar sus errores y convertirse en una más del 'Ministerio del Tiempo'. No cabe duda de que lo consigue, en el episodio 3x13 se ve claramente que Lola está completamente integrada con sus compañeros y en el trabajo.

Por su parte, Hugo Silva se ha llevado de forma merecida algún que otro galardón gracias a su trabajo en al serie. Pacino le ha dado aire fresco a 'El Ministerio del Tiempo', siempre tiene respuesta para todo, con tanta naturalidad que el público no tiene más remedio que caer rendido a sus pies. Este sí fue un gran recambio, nada que ver con Julián, mucho más comedido y políticamente correcto, aunque Rodolfo Sancho tuviera su punto en el comienzo de la ficción.

El resto de personajes han ido evolucionando hasta lo que ahora conocemos como el último capítulo de la serie. Alonso de Entrerríos se termina convirtiendo en uno más, tampoco le podemos pedir peras al olmo, el hombre sigue con su vocabulario arcaico y sus costumbres arraigadas, pero resulta tan adorable que se agradece que los guionistas no le hayan desprendido de esa pose.

En la segunda mitad de la tercera temporada se ha echado de menos mayor protagonismo para Irene. Cayetena Guillén Cuervo fue la revelación de la serie en el comienzo de la misma, y aunque su evolución ha sido irregular, sigue siendo uno de los personajes más carismáticos. En cambio, Angustias y Ernesto siempre han estado en segundo plano, cumpliendo con solvencia su papel en el Ministerio. Muy fan de las misiones en las que participa la secretaria, como en aquella Verbena de la Paloma. Sin olvidar al gran Jaime Blanch, con sus más y sus menos, un actor sólido que ha conseguido un personaje lleno de matices, siendo su ramalazo cómico el que más me gusta del jefe de la tropa.

TVE sigue mareando la perdiz, ya lo hizo tras el desenlace de la segunda temporada, tardó un tiempo en hacer oficial la renovación de la serie. Ahora sigue el mismo camino, aunque después de marcar mínimos de audiencia consecutivos, es posible que 'El Ministerio del Tiempo' abandone la cadena pública en la siguiente temporada.

Esto no quiere decir que obligatoriamente la ficción vaya a ser cancelada, siempre nos quedan otras plataformas que pueden dar vida, y de una manera más digna, a 'El Ministerio del Tiempo'. De hecho, agradecería que Netflix, o cualquier otra confíe en el producto, igual que ha pasado con 'Vis a Vis' en FOX. Además, la duración de cada episodio se vería ligeramente reducida, no pasar de los 50 minutos haría un favor inmenso a esta serie que empezaba a quemarse en consecuencia de su extensa duración.

El broche final ha sido un guiño enorme a los fans de la serie, con referencias constantes a 'El Ministerio del Tiempo' en concreto, y a la televisión en general. Esto es hacer buena televisión, o al menos de una manera diferente, solo les sobraban algunos minutos y más confianza por parte del canal, que debería dejar de relegar el comienzo de su prime-time hasta casi las once de la noche, y lo mismo con el resto de cadenas.

Hubiese sido un final muy digno, pero los seguidores merecemos saber que estamos disfrutando del desenlace de la serie, por eso como mínimo nos deben un episodio especial para cerrar el ciclo. Pocas series nacionales juegan con esta fina ironía, en la que no faltan pullas, a veces encubiertas, a la cadena pública, a la duración de la serie o al famoso plagio estadounidense. Con estos guiños, la audiencia nos sentimos cómplice de 'El Ministerio del Tiempo'.

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