'El Jardín de Bronce' regresa con un nuevo caso sin resolver

HBO Latinoamérica ha estrenado para el verano la segunda temporada de 'El Jardín de Bronce', serie argentina que ya emitió su primera parte hace dos años, en el verano de 2017. La primera tanda de ocho capítulos cerró el caso de Moira, la hija desaparecida del protagonista, Fabián Danubio, interpretado por el enigmático Joaquín Furriel. Esta nueva tanda se presenta tan misteriosa como la anterior, con el añadido de conocer la evolución de la relación entre Moira y Fabián, dos completos desconocidos forzados a convivir, y a quererse.

El trauma de Moira es comprensible, la niña ha pasado los últimos años de su vida encerrada con su cautivador. Todo es extraño para ella, incluso su padre biológico, que gastó todo su aliento en encontrarla. Moira se cierra en sí misma, no quiere relacionarse con nadie, teme al mundo exterior, y Fabián le da la opción de mudarse a las afueras de la capital, en un lugar más tranquilo, conectados con la naturaleza, pero sin alejarse del mundo civilizado, al que se empeña que pertenezca su hija.

La psicóloga que trata a esta familia rota y dolida está logrando que las piezas vayan encajando, haciendo que Moira se abra a su padre. Esto es importante para que después de el paso definitivo, y entre en un colegio y haga vida normal, una utopía en estos momentos para la familia Danubio. Mientras tanto, Fabián sigue viéndose con la Oficial Blanco, agente que ayudó al viudo en la intrépida búsqueda de su hija, aunque parece ser que esta relación también se ha enfriado en los últimos meses.

Lejos de convertirse en un drama familia, 'El Jardín de Bronce' no deja de ser un thriller en su segunda temporada. En esta ocasión, Danubio se vuelca con un caso que su compañero y amigo Doberti dejó a medias, antes de que fuera asesinado buscando a Moira. Fabián siente que debe un favor a este buen hombre, y como espectador estoy encantando de ello porque así podemos seguir disfrutando de este personaje mediante los flashbacks protagonizados por Luis Luque.

Este caso parece que tiene más carga misteriosa que el de Moira, el menor al que buscan huyó de un incendio en el que murió su padre, con el que no tenía buena relación. El abanico de posibilidades es muy amplio, y tanto Doberti en el pasado como Danubio y Blanco en el presente están siguiendo cada pequeña pista para dar con el paradero del chaval. El nexo es la madre del chico, una mujer que trata de no hundirse porque tiene otro hijo más pequeño al que apenas puede atender por su implicación en la investigación del desaparecido.

Las pistas que van surgiendo, los personajes sospechosos y los giros del guion dan mucho juego en 'El Jardín de Bronce'. Cada capítulo es una aventura, y siempre con protagonistas de lujo como Furriel y Luque. A medida que avanza la trama, Danubio se va implicando más, dejando a un lado el deseo de forjar una relación sana con su hija. Por otra parte, este año los flashbacks tienen un peso más relevante que el anterior, aunque la trama no es tan potente ni sorprende tanto.

La corrupción en la policía podría volver a ser un tema recurrente en la serie. Nos lo demuestra la última escena de Doberti con sus grabaciones borradas por el inspector que sigue los pasos de Danubio y Blanco en el presente. Además, situar una historia como esta en una ciudad poco habitual en la pequeña pantalla es un valor añadido. Acostumbrados a ciudades europeas o diferentes rincones estadounidenses, HBO nos traslada de nuevo a Buenos Aires en particular, y a otros lugares de Argentina en general. Un gusto para los sentidos, principalmente para el oído, con ese acento tan embaucador y pegadizo.

Es pronto para hacer una valoración general de la segunda temporada, y si entramos en el juego de las comparaciones, su inicio está lejos de lo que fueron los primos episodios de la primera entrega. No obstante, 'El Jardín de Bronce' tiene enganche, y han sabido presentar una nueva historia sin perder la esencia de la ficción, siempre con la vista puesta en los pasos de Danubio, su historia personal, y las pistas fehacientes de Doberti.

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