HBO Latinoamérica estrenó a finales de junio '
El Jardín De Bronce', una serie compuesta por ocho episodios, que se alargarán con una confirmada segunda temporada. El argumento de la historia no parece que cuente nada del otro mundo,
nos volvemos a sumergir en el caso de una niña desaparecida en extrañas circunstancias, y unos padres desesperados por encontrar a la pequeña.
En este caso, las pistas que van siguiendo los protagonistas y los sucesos que van ocurriendo a medida que avanza la trama hacen que el espectador no pestañee durante la emisión de cada episodio. Además, nuestro papel no se limita a ver los pasos que sigue el padre de la niña, hay otras personas interesadas en encontrar a la pequeña, diferentes hilos que el espectador tiene la ocasión de seguir, sin perder ripio.
La narración de los dos primeros capítulos es idónea para una serie de este tipo. Son muchos los movimientos, y los viajes que hace en metro el subte, el protagonista, por eso se agradece que describan cada escena con detalle, sin saltarse ni un fragmento. Saltan de una pista a otra siguiendo su instinto, pero sobre todo persiguen los indicios que van encontrando, hasta el momento valiéndose de la lógica, algo que se torna surrealista en otras ficciones del género, pero en esta se mantienen realistas y correctos.
Un entorno diferente
La atmósfera de 'El Jardín de Bronce' no tiene nada que ver con las ficciones al uso. Está rodada en Buenos Aires, de hecho es una serie argentina que está basada en el libro homónimo, escrito por el arquitecto Gustavo Malajovich. La capital argentina se convierte en el escenario inconfundible del drama, toda la acción transcurre en Buenos Aires, con los personajes investigando cada rincón, poniendo los dientes largos a los que estamos al otro lado del charco.
El padre de la niña desaparecida se vuelca por completo en la búsqueda de su hija, como no podía ser de otra manera. Otro tópico manido es el papel del cuerpo de policía, que deja de buscar demasiado pronto según el criterio de Fabián Danubio, padre de la pequeña. Sin embargo, hay un par de agentes que están más involucrados con el caso, y desean seguir investigando, a pesar de la negativa de la dirección.
Fabián encuentra apoyo en un detective privado que aparece de la nada, algo que al principio provoca rechazo en el protagonista. Este ex policía se toma el caso como algo personal, es un hombre testarudo, inteligente y con muchos medios para poder gestionar una búsqueda como esta. Pero la desaparición de la niña no es la única, con ella iba su niñera, Cecilia, una peruana que tal vez esté involucrada en el secuestro de la pequeña, o puede que sea una víctima más.
Este thriller policial tiene toda la pinta de convertirse en una saga, con Fabián Danubio al mando. HBO ha acertado dando luz verde a su primera ficción argentina, y el actor que da vida a Danubio, Joaquín Furriel, es un portento, igual que el detective que lo acompaña en la desafortunada aventura. En solo dos capítulos me tiene completamente enganchado, los finales de cada episodio dejan con ganas de más, con cliffhangers que provocan que te quedes sin uñas hasta que pasa la semana.
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