(Contiene spoilers)
No confiaba en que HBO fuera a acertar de nuevo con la segunda parte de '
El Jardín de Bronce'. En 2017 lanzó la primera temporada, y fue todo un acierto, un descubrimiento que
nos trasladó a la ficción latinoamericana, sumidos en un thriller alejado de los populares narcotraficantes colombianos. En esta ocasión nos acercamos a Fabián Danubio, un padre cuya hija ha desaparecido, y durante los primeros ocho episodios trata de encontrarla.
En la segunda tanda parecía que Danubio no tendría mucho más que aportar, pero los guionistas han dado una interesante vuelta de tuerca a la historia, con un argumento sólido, una trama nueva y la evolución de la relación entre Fabián y su hija Moira, diez años después de haber perdido su pista. Además, recordemos que Moira vivió cautiva junto a un hombre sanguinario que resultó ser su padre biológico, algo con lo que Danubio va a tener que cargar durante toda su vida.
Como cabe esperar, Moira arrastra un importante trauma, y Danubio intenta ayudar a su hija, aunque no es fácil dar con la tecla correcta en cada momento. Para la joven es difícil deshacerse de los momentos vividos durante el secuestro, pero a medida que avanzan los ocho capítulos de la temporada, la niña se va soltando a su ritmo. Conoce a un chico, se apunta a clases de arte, empieza a salir, se mete en problemas, derivados de su trauma, pero consigue superar cada obstáculo con la ayuda de su padre. Algo que también destaco como positivo es el comienzo de cada episodio, que nos muestra una pieza del pasado de Moira con el violento secuestrador, documentos importantes para entender mejor a la protagonista.
En busca de Martín
Danubio ha seguido buscando a su hija en esta temporada, a pesar de tenerla en casa. No ha sido fácil para él acercar posturas o adivinar lo que la niña quería en cada momento. Por otra parte, se ha involucrado en la búsqueda de otro joven desaparecido, Martín. La madre del chico que desaparece tras un incendio que acaba con la vida del padre acude a Fabián, a sabiendas de que el padre de Moira encontró a la chavala después de insistir y seguir una serie de pistas. La relación entre Fabián y Andrea, madre de Martín, avanza con el paso de los capítulos, y a ellos se suma la inspectora Blanco, que ya ayudó a Danubio en la primera temporada, y su personaje se convierte en imprescindible en la segunda tanda.
Otro personaje que destacó hace dos años en 'El Jardín de Bronce' fue Doberti, y menos mal que no han prescindido de él en los nuevos episodios. El detective que siguió la pista de Moira, y murió en el intento, aparece a través de varios flasbacks en una linea temporal diferente al resto de tramas, pero con el mismo objetivo: encontrar a Martín. Doberti ayudó a Andrea antes de que Fabián le conociera, y pueden avanzar en la investigación gracias a las cintas que dejó grabadas el resolutivo detective.
Tanto la trama de la evolución de Moira como la del paradero de Martín cierran de un manera formidable. No hay necesidad de continuar con 'El Jardín de Bronce', pero seguro que los guionistas tienen capacidad de seguir sorprendiendo al espectador con nuevas historias de intriga, y con la evolución de un personajazo como el de Joaquín Furriel. La joven Maite Lanata también lo hace muy bien en la piel de Moira, y lo más triste de una continuación sería perder a Doberti, porque ¿hasta qué punto podrían estirar su presencia?
Todo queda cerrado en esta etapa. Después de remover cielo y tierra, los protagonistas dan con el paradero del chico que estaba metido de lleno en una trama de pornografía infantil. Un caso en el que no falta la manida corrupción policial y la involucración de una madre que no está preparada para conocer la verdad. Yo sí estoy listo para una tercera parte de 'El Jardín de Bronce'. En 2021 espero tener una nueva cita en las calles de Buenos Aires.