'El Hundimiento de Japón: 2020', la belleza de lo deprimente

Una historia distópica que nos hace viajar a Japón, año 2020 después de los Juegos Olímpicos (pues sí que se han tomado en serio la distopía desde el comienzo de la premisa, y sin saberlo). El país nipón no está preparado para lo que está por llegar, después de haber sobrevivido a varios terremotos y accidentes geográficos aterradores, lo que muestran en 'El Hundimiento de Japón: 2020' sobrepasa todos los límites.

Esta historia que empieza como un relato de una catástrofe se convierte en una cadena de aventuras que tiene como protagonistas a los supervivientes de las devastadoras consecuencias de los desastres naturales que no paran de sucederse. Todo empieza con un fuerte temblor, pero lo que continúa deja a muchos de los personajes por el camino, sin poder sobrevivir a esta masacre de la naturaleza.

Japón se hunde, ya lo adelantan en el título original de la serie. El objetivo de sus habitantes es encontrar una salida, poder salvarse de las catástrofes que pasan por terremotos, tormentas y gases sospechosos que terminan con la vida de muchos de ellos. Lo que parece una inocente historia familiar se va tornando cada vez más oscura, con imágenes duras, a pesar de tratarse de una historia animada que recoge la belleza del anime en cada dibujo.

He tardado en coger el punto a 'El Hundimiento de Japón', al principio descoloca un poco, no sabes si estás ante un drama, un thriller o una comedia. Tampoco diría que es una mezcla de todo, esos experimentos no suelen funcionar, pero aquí dan con la clave una vez pasados los dos primeros episodios. A partir de ahí todo se vuelve más crudo y los personajes principales van calando.

Hablando de los personajes, no conviene encapricharse de ninguno de ellos, de hecho, no da tiempo en algunos casos. Van y vienen, pero lo hacen de forma natural y siempre según lo que pide la narración, sin forzar situaciones, más de lo forzoso que resulta el hundimiento propio de la isla. Lo bueno es que no paran de pasar cosas, lo malo que te lo dejas de tomar en serio más pronto que tarde.

Sin embargo, te acabas dando cuenta de que lo importante no es QUÉ ocurre, sino CÓMO nos cuentan las historias cruzadas de unas personas que luchan por sobrevivir. Me ha recordado en ocasiones a 'The Walking Dead', también tiene ramalazos de 'Lost', aunque lejos del misterio que envolvía a aquella isla. La violencia no deja de estar presente y casa de maravilla con el halo adorable que envuelve a la serie.

Si quieres ver una ficción entretenida para pasar los ratos muertos del verano puede ser la indicada. Sus capítulos no llegan a la media hora y la temporada está compuesta por 10 episodios. La escena final de cada uno de ellos te deja con ganas de más, el cliffhanger vuelve a lucirse después de estar olvidado en tantas series nuevas. Una bonita sorpresa que nos hace Netflix, entre lágrimas de sangre.

Dale al Stop en Twitter e Instagram