El grupo se afianza y el humor no falla en la 2ª temporada de ‘Derry Girls’

Channel 4 estrenó a principios de 2019 la segunda temporada de ‘Derry Girls’. La comedia británica muestra desde un punto cómico y sarcástico la situación sociopolítica de Irlanda del Norte en la década de los 90. La historia nos la acercan de la mano de un grupo de chicas (y un chico) que sueñan con salir de Londonderry, una pequeña localidad vinculada a las consecuencias del terrorismo del IRA.

Para la segunda tanda de capítulos los guionistas no han tenido que esforzarse demasiado. Los nuevos seis episodios fluyen solos, no hay más que dejar que los cinco protagonistas, y sus familias, interactúen en cualquier situación y ya nos tienen ganados. También juega a favor de ‘Derry Girls’ que tanto las temporadas como cada capítulo sean cortos, no pasan de los seis episodios, y cada uno de ellos dura menos de 25 minutos.

Ahora que conocemos mejor a los personajes sabemos cómo van a responder a las tramas que tienen preparadas los guionistas, y en ocasiones nos llegamos a reír incluso antes de que ocurra el momento cómico, que suele estar relacionado con algún mal trago por el que pasan las protagonistas. No hacen más que meterse en líos, en esta temporada les vemos hacer lo posible para entrar en un concierto de Take That o para estar en primera fila en una visita de Bill Clinton, tras el alto al fuego permanente de la banda armada.

Las referencias a la cultura pop y a cualquier evento de los años 90 hacen las delicias de los más nostálgicos, empezando por la selectiva banda sonora. Lejos de haber bajado el pistón, la segunda temporada de ‘Derry Girls’ se consolida y hace que nos acerquemos más a sus personajes, ya no solo a las cinco de chicas (y el chico) de Derry, sino también a la familia de Erin y Orla o a sus compañeras de instituto que se mantienen en un nada desdeñable segundo plano.

Netflix ha tardado medio año en traer a su catálogo en España la segunda parte de la serie, que por el momento solo la encontramos subtitulada. Sin embargo, animo a todo aquel que no la haya visto por esperar al doblaje que de una oportunidad a la difusión que hace la plataforma streaming. En primer lugar, porque nadie asegura que vayan a doblarla, y en suma, porque la pronunciación de los personajes juega un papel importante en los diálogos y en el humor que pretende transmitir la serie.

No deja de ser una serie de “instituto”, pero las actrices protagonistas son en su mayoría unos diez años más mayores que los personajes que interpretan, algo que el espectador probablemente no pase por alto, pero que no es relevante en su conjunto. El elenco es brillante, incluso el del sector adulto, con la despiadada Hermana Michael o la incauta Tía Sarah como algunas de las figuras más destacadas de la ficción.

En la segunda tanda vemos que Erin sigue pretendiendo ser la más honesta y responsable del grupo, pero en el fondo es casi más egoísta y arrogante que sus amigas. Orla sigue despistada, aportando en cada frase que suelta un toque de humor que desencaja al espectador, y a sus amigas. Clare es la más cándida, mi preferida, además ha decidido salir del armario, tratando el tema con respeto y naturalidad, algo que ojalá hubiese sido siempre así en los 90. Michelle no deja de ser la más chunga, una joven atrevida que no le teme a nada, pero que en el fondo es sensible, no hay más que ver el último capítulo en el que James decide volver a Inglaterra. El chico inglés se ha adaptado de maravilla al grupo de amigas y ha superado los prejuicios con los que llegó a Derry, como él dice: ya es una “Derry girl” más.

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