El destino nos devuelve a 'Hierro'

Movistar+ nos da la oportunidad de adentrarnos nuevamente en la cautivadora isla de El Hierro. La serie protagonizada por Candela Peña vuelve con un nuevo caso dispuesto a enturbiar el idílico paisaje situado en las Islas Canarias. Esta vez atracamos en su puerto mediante el ferry que llega desde Tenerife, con la jueza rodeada de otros lugareños que ya no miran con tanto desdén y desconfianza a la protagonista. Parece que en la segunda temporada de 'Hierro' ya es una más.

El primer año empezábamos con un asesinato que recordaba a la premisa de innumerables thrillers, encontrando el cuerpo sin vida de una persona en el mar. En esta ocasión, la trama es menos oscura, pero probablemente igual de dolorosa para sus protagonistas. Por el momento, conocemos dos historias paralelas que se irán encontrando a lo largo de la temporada, de hecho, ya lo hicieron en la primera escena, dentro de aquel ferry.

Por un lado, 'Hierro' nos presenta un drama familiar. Un matrimonio completamente destruido con dos hijas cuya custodia recae en manos de su poderoso y adinerado padre. Esto deja a la madre sola y triste en la isla, ya que las niñas se trasladarían a la península. Rosa se ve obligada a respetar lo que dicta la ley y la sentencia, aunque en el fondo le pese, por el hundimiento sentimental que supone esto para su vecina. Las maquinaciones del padre mantienen alerta a la jueza, que tampoco tarda en vincular a la hija pequeña del matrimonio como testigo de una misteriosa nueva muerte.

En esta segunda historia cobra protagonismo Antonio (Dario Grandinetti), perseguido por un hombre que quiere acabar con el que fuera enemigo de la jueza la temporada pasada. Un giro inesperado hace que Antonio salve la vida, mientras que su verdugo muere presuntamente de manera natural en un descampado tras disparar al empresario platanero. Las plataneras vuelven a vestir varias escenas de la serie, así lo hacen en los dos primeros capítulos, y seguro que el escenario del que es propietario Antonio seguirá siendo cómplice de nuevos trapicheos e investigaciones.

Los caminos de Rosa y Antonio vuelven a unirse, haciendo que la desconfianza regrese a la isla y al historial de la jueza. Candela Peña está soberbia, tanto como en la primera etapa, aunque el factor sorpresa ya es agua pasada y ni la historia ni su personaje consiguen despuntar en la nueva temporada. Sin embargo, es un honor poder seguir de cerca un nuevo caso de 'Hierro', seguramente el último, por lo que debemos disfrutarlo, ya no solo por sus paisajes e interpretaciones, también por todos aquellos flecos que quedaron pendientes el primer año y que los guionistas están dispuestos a cerrar.

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