'El Colapso': Un atrevido proyecto que llega en el mejor momento

Filmin ha estrenado este verano 'El Colapso', serie francesa única en su especie. La primera, y única, temporada de la ficción está compuesta por ocho episodios de unos 20 minutos. La originalidad rebosa por los cuatro costados, y no es solo por su guion o por su manera de exponer diferentes puntos de vista de un mismo evento. Por encima de todo, destaca que cada episodio ha sido grabado en una sola secuencia, un trabajo arduo y milimétrico que ha sido recompensado con el aplauso de público y crítica.

Me acerqué a 'El Colapso' después de escuchar muchas opiniones positivas, me dejé llevar por la euforia de blogueros y tuiteros, algo que suele traer mal augurio, al menos en mi caso, promovido por el hype. En cambio, lo que me quedaba por ver era todavía mejor de lo esperado, historias diferentes en cada episodio, con un trasfondo muy crítico con el sistema socioeconómico actual.

Además, haber estrenado 'El Colapso' en plena pandemia hace que todavía nos cuestionemos más todo lo que plantean en la serie. Ciudadanos que solo piensan en salvar su culo, negacionistas que adoran las polémicas o el ser humano, nuevamente, el peor enemigo del planeta y de sí mismo. Probablemente no hiciera falta una nueva serie para poner sobre la mesa estas posturas, muchas de ellas ya han sido tratadas en diversas ficciones, pero ninguna con esta contundencia, y en el mejor momento posible.

Cada capítulo se centra en personajes diferentes, rodando en enclaves completamente distintos, pero todos tienen algo en común: los protagonistas se enfrentan al caos propiciado por un desastre que pone en jaque a la población francesa. Al tratarse de una antología, puede haber algo de irregularidad en cuanto al ritmo de los episodios, hay un par de ellos algo tediosos, pero en general aprueban con nota alta.

Todos los personajes que nos van presentando tienen como objetivo principal sobrevivir al caos. Algunos deciden hacerlo desde la solidaridad, como en el sexto capítulo, con el chico de la residencia de ancianos, uno de los más emotivos y duros. En cambio, en otra de las tramas vemos cómo un grupo de supervivientes llega a un campamento en el que no se sienten bienvenidos y cada uno decide imponer su propio criterio, aunque para ello tengan que llevarse por delante a otros compañeros.

Toda la serie ha estado a la altura, hasta el final. Nos dejan para el postre una especie de prólogo situado en el desenlace de 'El Colapso', en él podemos intuir qué ha ocurrido para que todo el país estalle. No me importaría ver ocho capítulos más de la serie, basados en días e historias diferentes a las que hemos visto, como si de un 'Black Mirror' galo se tratara. Y es que no hacen falta tecnologías complejas para mostrar el terror que puede infundir el ser humano.

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