'El Accidente', buenos personajes encerrados en un guion previsible

'El Accidente' se promocionó en Telecinco con una premisa muy diferente a lo que ha terminado siendo la serie. El primer episodio se centró en aquel reclamo que apenas duró un par de episodios, me refiero a la desaparición del avión en el que viajaba el protagonista de la historia, José Espada. De ahí en adelante todo se convirtió en un thriller random en el que los personajes iban creciendo y los capítulos pasaban rápido gracias a su ritmo y su fácil digestión.

Podríamos decir que 'El Accidente' es un thriller para principiantes. No hace falta darle muchas vueltas ni comerte la cabeza descifrando las tramas o el desenlace de cada una de ellas. En este drama todo está bien masticadito, como su hubiésemos empezado ahora a crear este tipo de ficciones en la televisión nacional.

La pareja protagonista está interpretada por dos grandes del panorama actual, Inma Cuesta y Quim Gutierrez, ambos creíbles en sus papeles, sobre todo ella que vuelve a destacar por su naturalidad. Incluso la vecina pesada acaba convirtiéndose en una pieza imprescindible del puzzle, aunque es preferible soportarla en pequeñas dosis.

Los menos simpáticos son los villanos, muy bien caracterizados por un dúo de actores que han tenido en vilo a los espectadores durante trece episodios. Joao y su pérfida hermana Lula han maquinado todas las fechorías desde su casa en el campo, entre la piara de cerdos y su séquito que ha ido cayendo como moscas. La mirada de Joao siempre ha sido inquietante, Eusebio Poncela ha estado inmenso en el papel, daba hasta miedo. Sin embargo, creo que coincidimos en que producía más odio y rabia, por parte de los espectadores, su hermana Lula, Elena Seijo ha estado brillante, empezó de forma tímida, para acabar llenando cada escena. Yo temblaba cada vez que se disponía a destapar el plan de María, y es que Berta Vázquez tampoco se ha quedado atrás.

El casting ha sido uno de los aciertos más aplaudidos en 'El Accidente', junto a la fotografía y los exteriores que han dado mucha veracidad a la historia. Precisamente, no se ha rodado en Extremadura, tierra en la que están basadas las tramas de la serie. Una pena.

No entiendo por qué han optado por un final abierto, cuando desde el principio se subrayó que contaría con una sola temporada. Podrían haber aprovechado para cerrar de un modo más concreto, sin la manida puerta abierta, con el villano sobreviviendo a todo, persiguiendo a sus víctimas, a la sombra de éstas en una inquietante escena final.

La muerte de José es un recurso fácil y previsible para dar vía libre a la relación entre Lucía y Juan Espada, que disfrutan lejos de Zarza, en la típica imagen de postal, con bebé recién nacido incluido. Del resto poco se sabe, no entiendo la razón por la que el hermano de Lucía deja escapar con vida al hombre que tanto daño ha hecho a su familia, y supongo que María estará como testigo protegido en San Sebastián, tal y como dijo, o en cualquier otro sitio después de que el plan de la policía se desmantelara. Por cierto, ¿quién era finalmente el topo?

Para terminar, no me esperaba algo tan obvio como la "no muerte" de María. Estaba tan claro que se trataba de una colaboración de José con la policía que no podía ni creérmelo. Cebaron una trama que no creo que sorprendiera a nadie, más que a los dos únicos espectadores que no han visto un thriller en su vida. El conjunto de la serie me pareció bueno, pero le ha faltado un guion maduro, lejos de la zona de confort en la que se mueve desde hace tiempo este tipo de ficciones en España. Puede ser arriesgado para una televisión generalista, pero el que no arriesga no gana.

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