(Contiene spoilers del final de la serie)
Cuando una serie emblemática llega a su fin la polémica está servida, y no podía ser menos con '
Dexter', que tras ocho temporadas
se ha despedido por la puerta grande, batiendo récord de audiencia. No obstante, para muchos el forense no ha llegado a la altura de lo que en su día fue la ficción de Showtime, regalándonos
un final decepcionante y previsible. Sinceramente, me sitúo más como un seguidor frustrado que como un
fan contento con el resultado definitivo.
A rasgos generales, la temporada final ha flojeado en muchos aspectos, sobre todo teniendo en cuenta que los responsables de '
Dexter'
han tenido dos años para hilar un desenlace digno para los Morgan, algo que no ha ocurrido. Los guionistas decidieron dar mayor protagonismo a secundarios que nunca pintaron nada en la serie, aquellos que se ciñeron a vagar por las escenas del crimen como meros figurantes. La malograda relación entre Jamie y Quinn o la repentina aparición de una hija de Masuka son algunos de los ejemplos en los que han metido la pata.
La historia que han llevado a primera plana tampoco me ha convencido, la Doctora Vogel entró pisando fuerte, con potencial. Parecía que valía más por lo que escondía que por lo que hablaba en sus conversaciones con los hermanos Morgan, pero la señora terminó siendo un chasco, un mero trámite para llegar al verdadero enemigo de Dexter en la temporada, Oliver Saxon.
Me parecieron metidos con calzador los hilos que unían a Dexter con la Doctora, y mucho más incomprensible fue la actitud de Debra, sumida en una depresión pero dispuesta a creer y a hacer caso en todo a esta mujer. Al menos sirvió para sacar a Deb de esa espiral de autodestrucción que se me antojó aburrida, desfigurando por completo el rol que Debra había desempeñado en las temporadas anteriores. Pero ojo, pienso que esa involución en el personaje de Jennifer Carpenter era necesaria para entender en el enjambre de dudas en el que estaba sumida la hermanísima.
Afortunadamente, en los últimos episodios volvemos a ver a la Debra de siempre, aunque deba aguantar la losa que le supone el secreto de Dexter, y la traumatizante muerte de LaGuerta. Deb se vuelve tan abierta de la noche a la mañana que incluso llega a aceptar sin problemas que su querido hermano vuelva como un perrito faldero a los brazos de Hanna McKay, la envenenadora que tantos problemas dio a los Morgan un año atrás.
Hablando de Hannah, su regreso me supo agridulce, por una parte estoy contento de que Dexter supere ciertas barreras y vuelva a ser capaz de amar a alguien; por el contrario, no me convence que ese alguien sea Hannah, que pasa de ser un demonio a convertirse en un angelito, poco creíble, como las escenas finales de la serie.
La repentina muerte de Debra (cuando "oficialmente" estaba fuera de peligro); la manera tonta de dejar a Saxon amordazado a la espera de los agentes; el simbólico barco de Dexter destruido, mientras él está sano y salvo; o la absurda muerte definitiva de Saxon, son muchos de los aspectos con los que no estoy de acuerdo, pero asumo este vago desenlace como el colofón final de una serie que ha dado muy buenos momentos, sobre todo en sus inicios y en la cuarta temporada, sin desmerecer el resto.
Con todo, y aunque parezca increíble, valoro positivamente la temporada final de '
Dexter', pero
no comparto que hayan decidido cerrar una gran ficción con una colección de capítulos tan normalita. Muchos esperábamos algo a la altura de Trinity, un final más impactante o una caza a lo grande, ni siquiera ha habido acción, ni tampoco han ido tras la pista de Dexter, centrándose en banalidades como la influencia de Vogel en el protagonista o el busca y captura de Hannah McKay.
Lo importante es que Dexter Morgan sigue vivo en alguna parte del mundo, seguramente sin desprenderse de su oscuro pasajero. ¿Nadie en Miami Metro echa en falta al hijo de Dexter? ¿Seguirá Harrison los pasos de su padre? Prefiero jugar con la imaginación y que se ahorren el presumible spin-off, ocho temporadas han bastado para guardar un buen recuerdo del asesino en serie más querido de la pequeña pantalla, y de su hermana.