(Contiene spoilers de la 5ª temporada)
Patty y Ellen han cerrado el ciclo, '
Damages' ha llegado a su fin, Canal + trajo a España el pasado fin de semana el desenlace de la serie. El drama judicial ha mantenido sus dos pilares desde el inicio,
Glenn Close y Rose Byrne han dado vida durante 5 años a unos de los personajes más complejos de la pequeña pantalla, los matices de cada una de ellas han sido completamente necesarios para sacar adelante '
Daños y Perjuicios'.
Es una lástima que
ninguna de las últimas cuatro temporadas haya rozado la excelencia de la primera, el listón estaba muy alto, y en esta última etapa ha habido momentos en los que muchos de los que añorábamos la perfección de la primera temporada volvimos a ver algún atisbo en esta otra. A rasgos generales, '
Damages' ha aguantado firme esta etapa final, sacando los trapos sucios de las protagonistas y removiendo entre los fantasmas del pasado.
De eso ha habido mucho este año, fantasmas, recuerdos, sueños... Tanto Patty como Ellen han tenido que hacer frente a sus respectivos pasados y remordimientos, desde la muerte del prometido de la joven abogada, hasta el aborto provocado por Patty años atrás, todo ello ha estado presente, para que podamos ver la parte más cruda de ambas. El principal enfrentamiento este año ha sido la custodia de la nieta de Patty, Ellen estaba dispuesta a testificar en contra de la que fuera su jefa, aliándose así con el hijo de la veterana.
Pero la trama en la que se ha centrado esta temporada es la del caso McClaren, un juicio lleno de golpes bajos y falsas alianzas que ha enemistado, más si cabe, a la pareja protagonista. Una vez más, la presencia de Ellen y Patty ha salvado esta historia que ni siquiera contando con el potencial de Ryan Phillippe ha conseguido enganchar como lo hicieron los primeros capítulos.
Las rencillas entre las dos mujeres no se solventan una vez pasado el tiempo. Un año después de su última conversación en el mítico muelle, por casualidad, Patty y Ellen se encuentran en una tienda, pero cada una lleva un estilo de vida completamente diferente. Mientras Patty sigue con su vida de lujo y éxito, nos muestran a Ellen como una madre más preocupada por la familia que por el trabajo. Ellen ya no ejerce como abogada, y se intuye en la cara de Patty cierta envidia, ella dejó pasar aquel tren y decidió dedicarse por completo al Derecho, pasando de su lado maternal.
En los avances de esta temporada veíamos como Ellen yacía en el suelo, rodeada de sangre. Durante los diez capítulos intuimos que alguien ha tirado a la joven desde la azotea, pensamos en Patty, en el hijo de ésta, en el hombre que intentó matarla en la primera temporada y un largo etcétera de sospechosos. Aun así, una vez más los guionistas nos han despistado, ni Ellen está muerta, ni nadie la ha intentado matar. El que sí muere, en cambio, es el hijo de Patty, el joven es asesinado tras confesar que fue testigo de la agresión a Ellen años atrás. Una historia que rescatan para remover más la trama principal y hacer sufrir más si cabe a una Patty Hewes deshecha por dentro, pero siempre manteniendo la compostura.
Y así nos despedimos de esta gran serie, con un plano corto de la aterradora Hewes. En ese largo e intenso plano vemos como Patty guarda su apariencia fuerte, pero por dentro anhela todo lo que no ha tenido, todo lo que Ellen tiene.