Algo está cambiando en The CW, si el año pasado nos sorprendía con '
Jane The Virgin', esta temporada le toca el turno a '
Crazy Ex-Girlfriend', una comedia
diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en televisión. El argumento no es nada del otro mundo, pero lo original de la serie radica en el planteamiento, dando un aire fresco al formato y una vuelta de tuerca interesante.
Es una pena que la audiencia no haya acompañado al piloto de la serie, pero esto no ha hecho más que empezar, y puede que crezca gracias al boca a boca. De todas formas, otra opción es que se quede en un quiero y no puedo, porque a pesar de mostrarnos un piloto diferente, también es verdad que 40 minutos se hacen largos para una comedia de este estilo. Estamos acostumbrados a ver sitcoms de 20 minutos en la televisión yankee, y The CW se empeña en dar un formato de 40 minutos a todas sus series, sin importar el género o lo que puedan dar de sí. Además, 'Crazy Ex Girlfriend' estaba pensada para emitirse en un bloque de media hora, y en una televisión de pago, algo que se intuye a medida que avanza el piloto.
No es el gran descubrimiento del año, pero choca ver en un canal abierto este tipo de humor, que es más acorde con los canales por cable. En esta comedia nos dan la opción de reírnos de/con la alocada Rebecca, una mujer que tiene un buen puesto en una gran empresa de Nueva York, pero deja todo por su amor platónico del campamento de verano. Hace más de diez años que Rebecca no ve a Josh, y la última vez fue algo incómodo, ya que él pasó de la joven en su despedida de aquel idilio veraniego, pero parece que la protagonista no ha tenido ocasión de madurar sentimentalmente, y sigue con pájaros en la cabeza.
Y nunca mejor dicho, porque dentro de esa cabecita chiflada hay un escenario de Broadway que funciona a la velocidad de la luz. En el primer episodio nos regalan tres números musicales que enganchan hasta al que más reniega del género. Las canciones son originales y tienen un punto de crítica, y lo curioso es que la pobre Rebecca casi siempre sale mal parada, hasta en sus propios videoclips imaginarios.
La decidida protagonista vuela hasta California para alojarse en West Covenia, donde vive su amado Josh. Encuentra un nuevo trabajo, hace una amiga no menos loca que ella y se desespera por una respuesta del chico, como si de una quinceañera se tratara. El espíritu adolescente de Rebecca embelesa al espectador, es tan inocente y tan pava que te dan ganas de quedarte con ella. También es un acierto el rol de la madre de la protagonista, a la que no vemos la cara, pero sí escuchamos su voz vía telefónica, regañando a su hija siempre que tiene ocasión, y haciendo la vida de Rebecca más triste todavía.
El primer episodio es entretenido y muestran una serie que da un giro a lo que viene haciendo The CW estos años. El humor desenfadado y la ironía con la que tratan la vida de Rebecca me gusta, pero me resulta cargante pensar que cada semana serán 40 minutos de lo mismo, si en el final del piloto ya tienes ganas de que vayan cerrando el episodio, no quiero imaginar cómo será el grado de hartazgo a mitad de temporada. Como sitcom de 20 minutos o incluso en formato de película de hora y media podría funcionar mucho mejor.
Rachel Bloom es protagonista y productora ejecutiva de este invento. Una serie arriesgada para un canal como The CW, con un reparto reducido pero que da la talla.