Hace aproximadamente un mes terminó la última edición de '
Gran Hermano', y en
Telecinco no han aguantado más tiempo sin un reality-show que llene de contenidos su parrilla, a pesar de estar adentrados en el verano, época en la que el canal no suele inclinarse por este tipo de formatos. Sin que sirva de precedente, o sí, Mediaset ha montado un concurso de telerrealidad de la noche a la mañana, y así, sin más preámbulos ha nacido '
Campamento de Verano'.
La improvisación extrema del programa quedó en evidencia el martes pasado, cuando Telecinco emitió en directo la entrada de los protagonistas de este invento. No han intentado disimular el casting de mercadillo, recogiendo despojos de los pasillos de la cadena o rentabilizando a sus colaboradores. La mayoría de los participantes son expertos en estas lides porque vienen de otros realities, bien sea de supervivencia, convivencia o simples piscinas.
Presentadores
No obstante, donde más se ha notado el bajo coste ha sido en los presentadores, el primer contacto con ellos fue estresante, pisándose al hablar y sin respetar tiempos ni silencios, la compenetración entre Joaquín Prat y Sonia Ferrer es nula. Ella se encarga de recoger las vivencias de los concursantes desde el campamento, convirtiéndose incluso en protagonista de alguna disputa para hacerse notar, tirando así por el suelo la poca profesionalidad que le podría quedar.
El caso de Prat es todavía más insufrible, sus gritos y su falsa emoción repelen en todo momento. A veces incluso intenta hacer juegos de palabras o chistes sin suerte alguna, quedando una vez más en ridículo, por no hablar de su insistencia por buscar polémica y morbo donde no lo hay, un intento de emular a Jorge Javier Vázquez, pero con todavía peor suerte que el original.
Concursantes
En un principio el grupo iba a estar compuesto por habituales de '
Sálvame', pero finalmente
han decidido meter en el 'Campamento de Verano' a toda la fauna que se preste, desde uno de los protagonistas de '
Gandía Shore' hasta la escritora y Premio Planeta Lucía Etxebarria, pasando por otros rostros más habituales de la cadena como Karmele Marchante, que se apunta a un bombardeo.
La sorpresa del programa ha sido la entrada de Lucía Etxebarria, que tras cargar durante años contra programas de este tipo se convierte en una de las concursantes más polémicas recién empezada la aventura. Fue muy triste el momento en el que el presentador insiste en preguntar a los participantes si conocen a la escritora, tomándolos por tontos, a ellos y a la audiencia, entre los que muchos no sabían de la existencia de la Etxebarria (no es un delito, ni ella tan famosa), pero hay quien tampoco conocía a la chica de las trenzas y nadie preguntó por ella. Al menos nos aclararon que es compañera de juegos de Paquirrín, y así ya nos quedamos todos más tranquilos.
Mecánica
Esta vez han decidido dejar a un lado el paripé de las llamadas, Mediaset ha dado sorprendentemente carpetazo a ese ingreso económico extra para ser ellos quiénes decidan el expulsado de cada semana, sin trampa ni cartón. Lo han disfrazado diciendo que es el Consejo de Convivencia quien decidirá las expulsiones, algo chocante si tenemos en cuenta que llaman expertos en convivencia a gente como Kiko Hernández, Belén Rodríguez o Jimmy Jiménez Arnau, polemistas donde lo haya. Por cierto, ¿cuál es la mano que mete últimamente a Kiko en cada proyecto del canal? A este paso le veremos sustituyendo a Piqueras en los informativos.
Resumiendo, el pescado está vendido, el público no tiene ningún poder en '
Campamento de Verano', pero con paciencia y con ganas de reírse de todo y de todos puede ser llevadero seguir este despropósito. Personalmente me he bajado del carro en cuanto vi la bochornosa mecánica, los nefastos presentadores y el casting más reciclado de la historia de los
realities.
Si al menos se rieran de ellos mismos todo rodaría mejor, pero los presentadores se lo toman tan en serio que da lástima. Visto el percal, agradezco a mis padres que nunca me llevaran a un campamento de estas características.