(Contiene spoilers)
"Saga Norén, Länskrim Malmö". Frase que echaremos de menos, con la que la protagonista de '
Bron/Broen' se presentaba ante cualquier desconocido o evento.
La serie sueco-danesa ha finalizado para siempre, es duro escribirlo así, tal cual, pero es la realidad, y la escena final no deja ninguna puerta abierta. Pero no nos engañemos, siempre es posible regresar con un nuevo caso, incluso con Saga alejada de la comisaría de Malmö.
La agente de policía ha descubierto que su madre era un monstruo, todavía peor del que imaginaba. Toda la vida se ha sentido culpable de la muerte de su hermana, cuando realmente fue su propia madre quién la medicaba, hasta acabar con su vida. De esta forma, y con la ayuda de una psicoanalista, Saga excava en su interior y da con la clave de todo, ella en realidad nunca quiso dedicarse a este oficio, lo hacía porque sentía que estaba en deuda con la sociedad, con su hermana en concreto. Hecho que ha marcado su vida tanto como podemos imaginar los que hemos conocido a la protagonista durante estas cuatro temporadas.
La cuarta etapa de 'Bron/Broen' vuelve a ser redonda. Se aprovechan en ocasiones de las casualidades, como las pequeñas ladronas de calle, que dan con el móvil del asesino en uno de sus hurtos, para más tarde volver a coincidir con esa persona montadas en un coche. Dejando a un lado estas cosas del destino, necesarias para avanzar en el thriller, todo ha estado muy bien hilado, con una nueva amalgama de personajes sospechosos que nos permiten jugar a un cluedo singular.
La frontera entre Dinamarca y Suecia vuelve a estar presente, aunque en esta ocasión los protagonistas pasan la mayor parte de la trama en Copenhague. Saga trabaja codo con codo con el equipo de Lillian, justo después de salir de la cárcel, herida por una de las presas que presuntamente era su amiga el tiempo que pasó entre rejas. La acción no ha parado desde el primer episodio de la temporada, ha sido el año en el que más han jugado con las persecuciones, los tiroteos y los arrestos. A flor de piel.
Protagonistas de diez
En 'Bron/Broen' lo verdaderamente importante no es la trama, que siempre se torna interesante y engancha, lo que nos mantiene en vilo son sus protagonistas. Saga Norén ha ido evolucionando pasito a pasito, muy lento, y se agradece, porque una persona con Asperger, en la vida real, no cambia de la noche a la mañana, de hecho en muchas ocasiones directamente no cambia. Saga se va dando cuenta de su limitación para las relaciones personales, y aunque es inevitable, y nos gusta tal y como es, sí que hace intentos por comportarse de una manera más sociable, de la mano de Henrik. Sin perder su esencia, que la ha mantenido de principio a fin, algo más difícil de lo que parece para cualquier protagonista, y mucho se lo debemos a Sofia Helin.
Norén va soltándose a su ritmo, y deducimos que lo hace por amor, porque nuestra Saga termina coladita por el bueno de Henrik. Me encanta esa pareja, al principio sentía como si le estuviese poniendo los cuernos a Martin, el primer compañero de la protagonista, junto al que formaba uno de los mejores tándem de la pequeña pantalla. Con Henrik han vuelto a dar en el clavo, es complicado sustituir el hueco dejado por uno de los personajes principales, pero Henrik ha ido calando poco a poco, hasta meterse en el bolsillo no solo a Saga, sino también a todos los espectadores.
El drama de Henrik ha ocupado gran parte de esta temporada, un drama que también ha tenido un cierre digno, a la altura de 'Bron/Broen'. Ha dado con su familia, o con lo que queda de ella, se ha enfrentado a su peor enemigo y ha superado esa adicción que siempre le va a acompañar en forma de nube. Tiene un final feliz, dentro de lo que cabe, y es lo que se merece. Tampoco podíamos pedir peras al olmo, sería irreal que Saga se quedara viviendo con Henrik y su hija, a la que todavía está conociendo. Quizás hubiese sido diferente si la rubia no llegara a abortar, ella estaba dispuesta a tener el bebé por Henrik, ¿cómo no la vamos a querer?
No le podemos pedir más a la serie. El final ha sido redondo, han dado respuesta a todo y nos han dado margen para despedirnos de cada uno de los personajes, especialmente de Saga en la escena final. Ya es libre, sin el peso de la culpabilidad, sin estar atada a una placa de la que es esclava y a la que ha dedicado los últimos años de su vida. Nos ha faltado un guiño a Martin, una despedida del que en su día fue la mitad de 'Bron/Broen', pero nos conformaremos con este desenlace. La cámara se aleja del Puente Oresund, testigo de las cuatro temporadas. Esto se acaba. Sobresaliente.