Una vez terminada la primera temporada de la serie británica muchos creímos que no tendría sentido alargar el chicle y grabar más capítulos. Por suerte los escépticos estábamos equivocados, porque
la segunda etapa de 'Broadchurch' ha sido una maravilla, y no creo que haya estado de más, aunque a decir verdad no ha superado en impacto a la primera entregas.
Salvando las diferencias, '
Broadchurch' ha mantenido el nivel de su primera temporada, narrando los hechos de una forma diferente. Esta vez el interrogante no era descubrir al asesino de Daniel Latimer, sino conocer el veredicto del jurado sobre la
inocencia o culpabilidad de Joe Miller, al que señalaron como claro responsable de la muerte del menor en el final de la primera temporada.
El juicio ha sido largo, pero no ha estado exento de juegos sucios, secretos por desvelar o acusaciones varias, algo que ha avivado las ganas de ver el episodio de estreno de cada semana. Además, entraron en juego dos nuevos personajes, dos abogadas sin escrúpulos y altivas, una de ellas ya retirada pero con fuerzas para afrontar nuevos retos. Ante todo, ambas tenían un claro objetivo, derrotar a la que fuera su discípula/maestra.
Por su parte,
Alec Hardy y Ellie Miller han seguido con su curiosa relación, una de las armas más potentes de '
Broadchurch'. A pesar del mal rollo que se respiraba en el ambiente y de la papeleta que le ha tocado jugar a Ellie, el toque de humor característico de la pareja no ha decaído. La evolución de este tándem puede seguir dando juego en la tercera temporada, seguro que los guionistas no dejan pasar esta nueva oportunidad.
En cambio, la familia Latimer ha estado eclipsada, aunque también han contado con una evolución interesante. El juicio de Joe ha destrozado a los Latimer, que daban por hecho que podrían cerrar de una vez por todas el capítulo relacionado con la muerte de su hijo. Que Joe se declarara inocente acrecentó la rabia de los padres del difunto chaval, principalmente la de la madre del niño, que se mostró intolerante y obcecada con Ellie, pobre mujer.
La trama del juicio ha ocupado buena parte de la temporada, pero este año ha habido otra historia con mucho peso. El pasado de Alec vuelve a Broadchurch, donde reaparece el presunto asesino de las jóvenes que desaparecieron años atrás, cuyo caso no fue capaz de cerrar el inspector Hardy. Esta vez cuenta con la ayuda de una debilitada Ellie, que a pesar de todo está dispuesta a ofrecer sus habilidades detectivescas.
Esta historia mantiene la intriga de principio a fin, con un desenlace concluso que no deja lugar a puertas abiertas. Puede que la manera de narrar los hechos no convenza a todos, pero al menos
'Broadchurch' cumple con su público y cierra todas sus tramas de manera digna y solvente.
Ahora queda esperar un año o dos para ver la tercera temporada, que a priori no parece que sea necesaria, pero nunca se sabe con lo que nos pueden sorprender estas mentes pensantes. Todo apunta a que la historia del hijo de una de las abogadas salte a primera plana en la siguiente temporada, pero está por ver, y estoy convencido de que seré testigo de su regreso.