'Black Mirror' T2: ¿y si la realidad superara la ficción?

El ritmo de las series británicas es completamente aleatorio, es difícil acostumbrarse a él, y en el caso de 'Black Mirror' la complejidad es aún mayor. Channel 4 ha estrenado recientemente la segunda tanda de capítulos de esta particular serie, y tras tres episodios la ficción se ha vuelto a despedir dejando el listón muy alto.

Ahora toca esperar rodeados de incertidumbre si los británicos dan una nueva oportunidad a esta gran idea que muy posiblemente dé el salto a la gran pantalla. Las tres historias que relatan en la segunda temporada siguen la estela de las primeras. 'Black Mirror' comete su objetivo, el de provocar y trasladarnos a una hipotética realidad extrema, y a su vez tan cercana.

El primer relato es el que más me ha conmocionado. Una joven debe hacer frente a la muerte de su pareja, un chico enganchado a las redes sociales. Por suerte, o por desgracia, existe una aplicación que recoge los gustos, expresiones o voz del fallecido, la protagonista pondrá a prueba la eficacia de este aterrador invento, y a medida que el capítulo avanza todo se vuelve más turbio y perturbador. De las tres últimas historias me quedo indudablemente con esta.

En el segundo caso seguimos la vida de otra joven que despierta en un lugar desconocido y con la mente en blanco, poco a poco va teniendo flashes y atando cabos, pero hasta que eso termina de ocurrir la chica se ve envuelta en persecuciones, tiroteos y momentos muy agobiantes que traspasan la pantalla. El entorno en el que se encuentra la protagonista no dista mucho de lo que conocemos a día de hoy, ciudadanos conectados a las nuevas tecnologías y grabando todo lo que acontece a su alrededor, a pesar de tener ante sus narices a una persona en peligro. Hay partes que me han recordado a 'El Show de Truman' o 'La Naranja Mecánica', pero pienso que ha sido la trama más floja de este año.

La tercera historia independiente de las otras, como nos tienen acostumbrados en 'Black Mirror', tiene como eje central una campaña electoral. El pueblo está volcado en las elecciones, pero el interés de los ciudadanos aumenta cuando un oso de dibujos animados sin pelos en la lengua se convierte en uno de los candidatos a presidente. Su nombre es Waldo y no deja títere sin cabeza, gusta al pueblo que ríe sus gracias y aplaude cuando deja en evidencia a sus oponentes políticos. A todos se les va de las manos, y lo peor es que algo parecido podría ocurrir en la actualidad, una mascota virtual tendría más credibilidad que cualquiera de nuestros políticos. El cómico que se esconde detrás de este oso azul es quién termina quemándose tras actuar de forma inadecuada por arañar unos cuantos votos, ¿hasta dónde es capaz de llegar el ser humano?

Esta última pregunta sale a la palestra en cada episodio de 'Black Mirror'. No me cansaría de ver realidades alternativas que ponen en evidencia al ser humano, muchas veces nosotros somos nuestro propio enemigo, y las redes sociales o las nuevas tecnologías pueden jugarnos malas pasadas si se traspasan ciertos límites. Animo a todos a dar una oportunidad a este experimento sociológico virtual, pronto Cuatro emitirá estas tres entregas, al Canal TNT llegarán algo antes, a partir del 4 de marzo.

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