'Black Mirror': Netflix no permite que el listón baje (I)

Este año 'Black Mirror' ha regresado con más material, pero ahora desde la plataforma streaming Netflix. Son seis los episodios que el canal ha estrenado para este año, correspondientes a la tercera etapa de la serie, y se han guardado otros seis para emitir a lo largo de 2017. En esta ocasión, voy a hablar sobre los tres primeros episodios de la nueva temporada de la rompedora serie.

Empezamos con un capítulo que lleva el sello de la serie desde el principio, usando las redes sociales como puente en la trama central. Además, nos traslada a un mundo futurista, pero solo en apariencia, porque la historia que narran podría estar más presente que nunca, como todo lo que pasa siempre en 'Black Mirror'.

Los tonos pastel que usan tanto los personajes como los decorados de este episodio chocan con el lado oscuro del drama. Toda la sociedad se mueve dependiendo de las estrellas o puntos que recibas del resto de usuarios, en una aplicación móvil que todos los habitantes tienen, si no quieren sentirse apartados y desolados. La protagonista se obsesiona con escalar puestos y sumar puntos, forzando las relaciones personales.

Lo triste de toda esta historia es que mucho de lo que nos muestran ya está pasando, como las fotos a la comida "superbonita" que colgamos en las redes sociales y luego no somos capaces de probar, o cientos de fotos con "amigos" que en realidad no lo son. "Nosedive" o "Caída en Picado" es el capítulo del postureo llevado al extremo, un extremo en el que estamos adentrándonos a marchas forzadas.

Este es el episodio más terrorífico de los tres primeros. Les cuesta entrar en materia, y la introducción a la historia es algo lenta, a ratos prescindible. Sin embargo, en la segunda mitad del capítulo todo se torna más intenso, convirtiendo 'Black Mirror' es una película de terror que te traslada a la piel del protagonista.

"Playtesting" narra la historia de un joven estadounidense que está recorriendo Europa, y es en Londres donde conoce a una chica que le anima a participar en un estudio para ganar dinero fácil. El estudio consiste en ser el primero en probar un videojuego demasiado innovador, su novedad radica en introducir un chip en el cuerpo del jugador para que tenga alucinaciones y llevar la realidad virtual hasta un punto escalofriante.

El miedo del protagonista va creciendo de manera regular, y esto es algo que da veracidad a la historia que nos cuentan en 'Black Mirror'. Esta vez nos hace plantearnos otro tipo de extremo, el de los gamers, ¿hasta dónde va a llegar la industria con el único fin de superarse y seguir sorprendiendo a los jugadores? Está claro que las gafas de realidad virtual son totalmente inofensivas, al menos si lo comparamos con este macabro chip.

Nos encontramos con un thriller, probablemente el episodio más sesudo hasta ahora, sobre todo por su final, que no solo hace recapacitar, como de costumbre, sino que te invita a descifrar una historia espeluznante. El juego sucio en el que entra el joven protagonista no parece tener fin, una serie de amenazas ponen en peligro su intimidad sexual, algo que no está dispuesto a permitir, y es capaz de hacer cualquier cosa.

El joven parece que llega demasiado lejos, haciendo caso a todo lo que sus amenazadores le piden. Además, descubrirá que no está solo en este juego, no es la única "víctima". En esta horrible aventura le acompaña un hombre adulto y casado, con algún que otro secreto por ocultar.

Descubrir el verdadero secreto de los personajes que van apareciendo en "Cállate y Baila" y esperar el desenlace de todo esto son alicientes suficientes para pegarte a la pantalla durante casi una hora sin pestañear. Puede que en conjunto no sea de los mejores episodios de "Black Mirror", pero nos hace reflexionar de nuevo, y nos envuelve en la eterna pregunta: ¿quién es la víctima, y quién el verdugo?

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