Una vez terminada la cuarta temporada de '
Black Mirror', y después de analizar hace unas semanas
los tres primeros episodios de la misma, me dispongo a escribir acerca de los tres últimos. Entre ellos encontramos
tramas originales, y otras que no lo son tanto, incluso una especie de homenaje a toda la saga.
4- La era post-Tinder
Planificar citas es mucho más sencillo en la distopía que nos presenta Charlie Brooker en 'Hang the DJ'. Uno de los capítulos preferidos de la crítica esta temporada, aunque a mí me pareció algo lento y previsible, hasta que llegaron los últimos segundos del episodio. En este caso, lo novedoso es la APP para buscar pareja, que te junta con personas a las que no conoces y concretan desde el primer momento el tiempo que debes pasar con ella, con casa y todo incluido.
Los protagonistas tienen la mala suerte de gustarse desde el primer momento, pero la aplicación no les permite verse más de unas horas. Después, cada uno lo intentará con otras parejas, sin éxito. Al final llega la mejor parte, y no lo digo por la canción machacona que da título al episodio, sino porque descubrimos que lo que estábamos viendo pertenecía a los engranajes de la aplicación, que en realidad se había dado en cuestión de milisegundos, como si de una búsqueda en Google se tratara. Y venció el amor. Una historia positiva como pocas en 'Black Mirror'.
5- Persecución en blanco y negro
'Metalhead' es un capítulo diferente, y probablemente uno de los peores que hayan pasado por 'Black Mirror'. Sin apenas diálogo, todo el tiempo a la carrera y con un argumento sin definir. Lo único que sabemos es que la protagonista debe huir de una especie de perro-robot que tiene como objetivo aniquilarla por haber sido descubierta robando en un polígono.
Esa especie de máquina es irrompible, no consigue acabar con ella, en un alarde de demostrar que estamos creando monstruos. No sería la primera ficción en la que muestran cómo un invento del ser humano consigue superar al propio creador. Mediante un GPS y un localizado de voces y calor corporal este perro no desistirá hasta acabar con su víctima. Por momentos consigue crear esa especie de angustia que busca normalmente la serie, pero termina siendo banal, de los menos trascendentes.
6- El museo de la serie
Llegamos al último capítulo de la temporada, y podría tratarse del final de la serie, porque 'Black Museum' es un verdadero homenaje a la ficción británica que ahora emite Netflix. Tiene un montón de referencias a otros episodios, y él mismo consigue crear también un nuevo universo que empieza con la visita "inesperada" de una joven en esa casa de los horrores.
El avaricioso propietario muestra a la chica sus mejores inventos, con los que ha manipulado a una serie de personas, aprovechándose de sus momentos de debilidad. La más destacada es la primera historia, un doctor que acaba desquiciado con una máquina a través de la que siente el dolor de la persona con la que se conecta, le puede servir para curar al paciente, pero la termina usando por puro masoquismo, con ella se siente inmortal.
Lo mejor llega de nuevo en el desenlace. Sabemos que al propietario del museo le ocurre algo durante casi todo el episodio, y no es más que parte de la venganza de la chica que tenía todo medido. Su familia es una de las víctimas de ese hombre, y no dudará en darle de probar de su propia medicina. Una idea original, que además nos deja disfrutar de varios casos en un solo episodio. Puede que en conjunto haya sido la temporada más floja de 'Black Mirror', pero siguen con el listón alto, y espero que después de un merecido y largo descanso nos vuelvan a sorprender con nuevas paranoias que nos hagan reflexionar.