Hace unas semanas me animé a ver ‘
Barry’, una comedia que va camino de su tercera temporada en HBO. La premisa me llamó la atención, por lo que decidí dar una oportunidad a
esta extraña serie con un tema un poco peliagudo para tratar con humor. Sin embargo, he de decir que me ha dejado un poco frío, y adelanto que no creo que vaya a seguir con ella cuando vuelva en unos meses.
Barry es el protagonista que da nombre a la serie, un tipo que se gana la vida como asesino a sueldo. No tiene vínculos con las personas, se desconoce si tiene familia y por su puesto no tiene amigos. Un antisocial que tiene un don para matar y salir huyendo de la escena del crimen sin dejar huella. La frialdad de Barry lo convierte en un tío siniestro sin sentimientos.
El camino del protagonista da un giro cuando el destino le lleva hasta una clase de teatro en la que es confundido con un alumno. Barry piensa que puede probar suerte en el mundo de la interpretación, y en la serie no tardan en hacer chistes sobre la similitud entre la profesión real del protagonista y la de los artistas.
Los primeros episodios están muy bien elaborados, con un guion ocurrente, un protagonista con potencial y una premisa prometedora que pronto empieza a desvanecerse. Barry siente algo por una compañera de teatro, y es mutuo, lo que hace que cada vez se vea más involucrado con ella. Esto le descentra de su verdadero y sucio trabajo. En esta faceta suya me recuerda a 'Dexter', aunque la serie también ha sido comparada con 'Breaking Bad', yo creo que es bastante peor que ambas.
Las cosas se complican para el personaje interpretado por Bill Hader, que además cada vez está más tenso con su jefe, que no para de exigirle meterse en líos en los que se juega la vida. Una mafia rusa es la que está detrás de la nueva misión del protagonista, y no lo va a tener fácil si quiere seguir compaginando con su vida social y su recién descubierta vis artística. Los matones rusos son una caricatura muy divertida que también se termina diluyendo.
La segunda temporada intenta poner el foco en la evolución de Barry, que sigue con su doble vida, creando nuevos enemigos. Intentan seguir humanizando al protagonista, que lucha por tener una vida normal, intentando alejarse de su reciente pasado. La última tanda aporta menos humor, con flashbacks que me interesan poco y con un cliffhanger que está a la altura de la premisa original. Pero no es suficiente.