(Contiene spoilers de la 2ª temporada)
Netflix ha emitido este otoño la segunda temporada completa de ‘
Baby’, la serie italiana basada en un caso real que tiene como protagonistas a unas jóvenes que buscan una vida llena de lujos a través de la prostitución. Quizás el enfoque de la serie no sea el apropiado,
han contado la dramática y preocupante historia a través de unas tramas de instituto, a veces profundizando a medias en la problemática de las chicas protagonistas.
Me quedo con la sensación de que a los guionistas les ha interesado más contar la historia sentimental de Chiara y Ludovica, en vez de ahondar en sus peligrosas decisiones. ‘Baby’ avanza a un ritmo lento, sobre todo si tenemos en cuenta la trama principal que suelen dejar en segundo plano. Personalmente, me interesa más bien poco el romance entre Chiara y Damiano, aunque me ha parecido mucho más interesante el vaivén de Ludo con el profesor.
Si en la primera etapa Chiara veía los toros desde la barrera, este año ha saltado al campo de batalla. Tal vez harta de su monótona vida, intentando guardar la compostura y complaciendo a sus padres, que pretenden que Chiara siga una serie de estrictas directrices para no dañar la imagen de la familia y del negocio, mientras ellos no siguen con el ejemplo. La rebeldía de la protagonista llega demasiado lejos, se mete en la boca del lobo y puede que cuando decida salir de ella ya sea tarde.
Lo bonito de todo esto es que su amistad con Ludo se refuerza, a pesar del bache por el que pasan en mitad de temporada. Este año hemos visto una Ludovica más humana y frágil, incluso su madre ha estado más acertada, sorprendentemente después de empezar una relación seria y oficial con el director del instituto, padre de Fabio. Los cuatro forman una familia poco común, pero que cada vez me gusta más.
Secundarios que cogen fuerza
Fabio ha estado más presente este año, ya fuera del armario y mucho más seguro de sí mismo. No obstante, la cuadrilla de Niccolo sigue siendo un obstáculo para que el joven homosexual pueda vivir tranquilo y en libertad. Lo más curioso es que uno de los mejores amigos de Niccolo, Brando, se ha sentido atraído por Fabio, y ha sido él quién ha protagonizado este año la trama del homosexual encerrado en el armario. Una familia estricta, unas compañías poco aconsejables y un carácter de echar a comer a parte hacen de Brando un tipo insoportable que carga sus complejos contra la gente que le rodea.
En este sentido, Brando también ha protagonizado una trama con Chiara, en la que la chantajea a cambio de hacer ver que son pareja. La temporada no acaba bien para el amante de Fabio, y le quedan dos opciones de cara a una hipotética tercera temporada: afronta la realidad o puede acabar muy mal.
Camila ha regresado y se siente más desubicada todavía que en el final de la temporada anterior. Su enemistad con Chiara se afianza cuando la delata, y con Fabio tampoco pasa por el mejor momento. La envidia de esta chica es peligrosa, y puede convertirse en la gran villana y traicionera de ‘Baby’. Su hermano sigue sintiendo algo por Chiara, y esto enfada todavía más a Camila, y también a la novia de Niccolo, que se inventa un embarazo para atrapar al joven.
La trama de prostitución ha sido mucho más cruda que el año pasado, con Chiara metida de lleno en los negocios de Fiore, y Damiano haciendo de chico de los recados, metido también en muchos líos que podrían acabar con su vida. No obstante, para mi gusto le ha faltado una chispa, algo que termine de enganchar. El ritmo sigue siendo pausado, con un perfil dirigido a un público joven. Espero que la ficción italiana renueve por una tercera etapa y por fin estalle, poniendo a sus personajes definitivamente contra las cuerdas y enlazando la serie con el Caso Baby Squillo de la vida real, en el que se vieron envueltos políticos y magnates de Italia.