'Awkward.' T3: la eterna indecisión

Llevamos tres temporadas acompañando a Jenna Hamilton en el instituto, y no parece que la joven vaya a madurar o de repente se nos vaya a poner a filosofar sobre cosas más interesantes que definir una relación sentimental con Matty, o no. No es un ataque a 'Awkward', cualquiera que se ponga frente al televisor a disfrutar de esta comedia sabe lo que puede esperar de ella, el problema es que las expectativas cada vez son más bajas.

No obstante, en su tercer año hay aspectos en los que la serie de MTV ha conseguido mejorar. Las dudas que masacraban la cabeza de nuestra protagonista haciéndola elegir entre Jake o Matty ya han pasado a la historia, es más, ahora el rubio es feliz junto a la mejor amiga de Jenna, pero eso no es suficiente para que Hamilton centre su corazón, porque una cuarta persona aparece en escena, Collin.

Con la entrada de Collin en 'Awkward' un nuevo triángulo amoroso entra en juego en la serie teen. En esta ocasión, el nuevo galán es un fraude, intenta llevar a Jenna por el mal camino, y aquí entra en juego lo mejor de la temporada, haber tenido la ocasión de conocer una Jenna Hamilton despreocupada y relajada, sin importarle un bledo los de su entorno.

Ver a la protagonista alejada de la pedante Tamara y la anodina Ming fue un punto a favor del serial, lástima que no durara más de dos episodios. Aun así Matty nunca se ha alejado de ella, mostrándose comprensivo hasta el último momento. Y es en este momento final es cuando entra en escena otra persona para completar un nuevo triángulo, Bailey, la nueva amiga de Jenna La chica, a priori, parece simpática y sencilla, por eso a Matty le encandila desde el primer momento, provocando que Hamilton vuelva a protagonizar una de esas secuencias ridículas por las que merece la pena ver 'Awkward', hablo de su vestido de baile bajo a sudadera.

Pese a que la historia de Jenna y sus amores/desamores están quemadísimos, no parece que los guionistas vayan a optar por seguir otros derroteros. En la cuarta temporada de la serie seguramente continúen los triángulos amorosos con Jenna y Matty de por medio. Es una pena que secundarios de la talla de Sadie o Lissa queden desterrados a pronunciar un par de frases por episodio, siendo el dúo más carismático de 'Awkward'.

En cambio, la mafia de Ming sigue insistiendo como tema recurrente, trama que siempre ha estado cogida con pinzas y nunca ha tenido gracia; como la relación pavisosa de Tamara y Jake, a los que nos venden como la pareja ideal, y un servidor no se lo traga. Hace falta más acción entre los secundarios, que se han quedado más estancados todavía que la propia protagonista. Por no hablar de Valerie o Lacey, ya no tan imprescindibles como los dos primeros años.

Alargar la temporada y dividirla en dos ha sido una estrategia que ha gustado en MTV, al menos han apostado por ella para el año que viene, ya que la cuarta etapa seguirá la misma fórmula, con un total de 20 capítulos, casi el doble de lo que estamos acostumbrados. Personalmente me quedo con el modelo tradicional.

Las series de instituto corren el riesgo de caducar a los pocos años de ser estrenadas, y a pesar de que 'Awkward' no es una serie teen al uso, sus personajes principales están creciendo y va a llegar un momento si no ha llegado ya en el que no van a pasar por estudiantes menores de edad. Además, las tramas están manidas, así que o se ponen las pilas el cuarto año y dan una vuelta de tuerca al invento, o más les vale ir cerrando el Palos Verdes.

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