La nueva temporada en televisión ha sido inaugurada. A medida que se acerca el otoño las cadenas van poniendo sus cartas sobre la mesa y sacando la artillería pesada con la que tendrán que hacer frente a la dura competencia. Anoche le tocó el turno a Cuatro, que estrenó la cuarta edición del reality-show de aventuras '
Pekín Express', esta vez en el continente africano.
Pero el salto de un continente a otro no ha sido el único cambio sustancial que ha llevado a cabo el prestigioso programa.
Esta vez 'Pekín Express' lo conduce un presentador que todos conocemos, aunque nunca lo hayamos visto envuelto en una aventura de este calibre y fuera del plató. Jesús Vázquez toma el relevo de la gran Raquel Sánchez Silva, quien no se lo ha puesto nada fácil. En general, las expectativas puestas en el que en su día fuera el
niño mimado de Telecinco eran bajas, y así se confirmó anoche en el estreno del programa.
Desde el primer momento en el que aparece la voz en off de Jesús Vázquez ya noté que faltaba gancho, garra, emoción. Estamos acostumbrados a ver a Vázquez rodeado de cámaras y público en el estudio, pero ahora, al aire libre y en diferido parece que el gallego no se encuentra como pez en el agua. Es probable que necesite tiempo, y espero que al término de la edición podamos decir que la evolución del presentador ha sido ascendente, dejándonos así un buen sabor de boca. Aun así, a juzgar por la primera emisión mi balance es negativo.
Dejando a un lado al Director de Carrera de esta aventura en África, el ingrediente más importante del reality son los concursantes. Es pronto para opinar sobre el casting, así que simplemente haré una valoración global. A mi parecer, los perfiles no distan mucho de los de años anteriores, y eso es un punto a favor. Tenemos a la madre y la hija que no pasan ni una a sus compañeros; tampoco falta la típica pareja pija que siempre ha vivido con todo tipo de comodidades y se tiene que amoldar a situaciones jamás imaginadas; una pareja peculiar como la de los cuñados que no se soportan; o el mítico tándem que no se conoce y se apuntan al casting en solitario, el chulo piscinas mujeriego y el gay que va de listo sin serlo. Ya veremos en qué terminan todas estas relaciones.
Lo que sí se puede juzgar a estas alturas es el enclave en el que ruedan '
Pekín Express: Aventura en África'.
El entorno es maravilloso, y ese cambio de aires puede venir de maravilla al concurso para renovarse sin perder su esencia. El modo de vida de los africanos es muy variable, y sospecho que en esta edición conoceremos extremos totalmente distintos de este continente desconocido por muchos, entre los que me incluyo. Pero este año el protagonismo no solo recaerá sobre los lugareños, los animales salvajes que se irán encontrando los concursantes a través de la sabana también pueden dar juego y servir como valor añadido al reality, como ya ha pasado en el primer programa, que han sabido intercalar perfectamente las imágenes de los animales con las del transcurso del juego.
Sigo pensando que el equipo que está detrás de 'Pekín Express' es de lo mejor que hay actualmente en la televisión.
En resumidas cuentas, ya vamos viendo la patita a la nueva y esperada edición del
reality de Cuatro, y hasta ahora tiene muy buena pinta. Las normas siguen siendo las mismas, o parecidas, el cambio de continente le va a venir estupendamente al concurso y los participantes prometen. Como aspectos negativos destacaría a un perdido y apagado Jésus Vazquez, junto a la hora de emisión del programa. Probablemente ayer se debiera a la competencia, el partido de basket en La Sexta,
espero que el resto de semanas 'Pekín Express' sea fiel a su horario y no se alargue hasta la madrugada.