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Velvet' se ha estrenado con éxito en Antena 3, no cabe duda, pero no
es alta costura todo lo que reluce en las lujosas galerías del Madrid de finales de los 50. La serie brilla por su puesta en escena, su trabajado vestuario y la música que acompaña; no obstante, '
Velvet' resbala en varios aspectos que también voy a mencionar a continuación.
Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre son dos rostros muy televisivos, ambos están sobrevalorados, ya que en el ámbito de la interpretación están muy por debajo de sus compañeros de reparto, y realmente ese es un hecho que les ha marcado en todos sus trabajos anteriores. A pesar de todo, las cadenas generalistas siguen apostando por ellos, son jóvenes, guapos y algún carisma tendrán cuando despiertan el interés de la audiencia pese a sus limitaciones como actores.
La historia principal se centra en Ana y Alberto, que viven un amor frustrado e imposible como hemos visto ya cientos de veces en otras ficciones. Esta vez nos muestran mediante flashbacks la evolución de los protagonistas, que se vieron obligados a separarse en la adolescencia. Una vez más juegan la baza de la chica pobre enamorada del chico rico, algo que llevan encasquetándonos en las series desde su descubrimiento.
Los ramalazos telenovelescos no sorprenden en '
Velvet', cualquiera que se sentara para testar la calidad del producto sabía a lo que se exponía, por eso, en mi caso, prometo no volver a perder otros 97 minutos de mi vida para ver la misma historia por enésima vez. Está la madrastra malvada, gracias, Natalia Millán; la amiga torpe a la vez que graciosa, espléndida Cecilia Freire, recordando a aquel papel que interpretaba en 'Física o Química'; o el tío protector que seguro guarda algún secreto del pasado, encarnado por el veterano José Sacristán.
El reparto es un acierto, integrado, entre otros, por Aitana Sánchez-Gijón, Manuela Velasco y el fugaz, pero eficaz, Tito Valverde. Una pena que Antena 3 siga ensimismada en meter en cada uno de sus proyectos a los habituales de la cadena, Maxi Iglesias, Marta Hazas o Manuela Vellés no faltan en cada ficción de la cadena, se hacen un poco pesados.
Como bien apunto en el primer párrafo, la música es todo un acierto, abanderada por una divertida cabecera que puede confundir, ya que la canción inicial tiene tintes cómicos, o al menos eso me parece a mí, algo que sorprende, pero gusta.
La factura técnica es otro punto a favor de 'Velvet', Bambú Producciones se ha aprendido la lección y ha sacado a relucir lo mejor de 'Gran Hotel', ambientándose en productos como 'Galerias Paradise' o 'Downton Abbey', incluso en el argumento, en el que se da especial protagonismo a los empleados de las Galerías Velvet, casi más que a los propietarios.
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Velvet' resbala en lo que patinaba también 'Gran Hotel', son
series que no cuentan nada nuevo, con una premisa manida en televisión, la fórmula de la típica historia de amor ambientada en otra época es muy recurrente en la cadena, pero les funciona, así que no es de extrañar que sigan exprimiendo la táctica. Aun así, el target me sigue pareciendo que va enfocado a las señoras que ven '¡Qué Tiempo Tan Feliz!' o 'Cine de Barrio', algo que no es malo, pero tampoco creo que sea del todo bueno en términos comerciales.
El episodio piloto es correcto, pone todos los ingredientes a la vista para que el espectador sepa con qué se va a encontrar a lo largo de la primera temporada, un suicidio misterioso, un accidente de coche que ha servido más como reclamo que otra cosa, y un sinfín de líos de faldas y secretos que van a tener en vilo a los amantes de la telenovela clásica. Si durara 40 minutos por episodio me lo pensaría, como no es así he de decir que me bajo del carro.